La proliferación de plagas se ha convertido en un problema prioriotario ya que está comprometiendo la actividad de un sector que ha alcanzado un equilibrio comercial

La oferta de kaki se ha ido ajustando durante los últimos años al volumen de demanda de los mercados. / ARCHIVO
Óscar Orzanco. Redacción.
Las plagas se han convertido en un quebradero de cabeza para los productores de kaki. Actualmente, este cultivo atraviesa una etapa de estabilidad en la Comunitat Valenciana, con un volumen de producción adecuado a la demanda, y precios razonables para mantener la rentabilidad de la actividad. Sin embargo, la proliferación de plagas, que han provocado daños durante el desarrollo de las últimas temporadas, está complicando y ensombreciendo el futuro del sector.
Por ello, como recalca Pascual Prats, presidente de la Asociación Española del Kaki (AEKAKI), “nuestra principal preocupación en estos momentos son las plagas y enfermedades que están afectando al cultivo. Los productores se encuentran muy preocupados por este tema. Ven que sus cosechas merman y los costes para hacerles frente se han incrementado de forma notable durante los últimos años. Ante estas dificultades, hay agricultores que incluso han arrancado las plantaciones y han apostado por otros tipos de cultivos. Por ello, el objetivo primordial para la próxima temporada, y en los próximos años, va a ser intentar hacer frente a estas plagas. Pero para salir ganadores de este reto tenemos que contar con las herramientas adecuadas”.
Desde el sector constatan que los últimos años están siendo complicados debido a la incidencia de ciertas plagas que hasta el momento no habían constituido un problema en el cultivo del kaki, lo que sumado a la falta de materias activas para combatirlas y a los efectos derivados de la climatología, están convirtiendo a esta fruta en un cultivo muy complejo y especializado.
Las principales plagas que estaban afectando en los últimos años al cultivo del kaki eran mosca blanca y cotonet. Ahora se le une el Scirtothrips aurantii, que también está atacando a las plantaciones de cítricos. “El año pasado ya hubo daños por esta plaga y esta temporada pueden llegar a ser mayores. Por eso hemos convocado una jornada profesional, para informarnos, estar prevenidos y conocer qué alternativas existen para hacerle frente”, puntualiza el presidente de AEKAKI.
Para abordar la problemática que está generando en este cultivo la proliferación de plagas, la Asociación Española del Kaki ha organizado una jornada técnica el próximo 21 de marzo en la sede de la CEV en Valencia
Para abordar la problemática que está generando la proliferación de plagas en este cultivo, la Asociación Española del Kaki ha organizado una jornada técnica el próximo 21 de marzo, que se celebrará en la sede de la CEV en Valencia, ubicada en la calle Hernán Cortes, 4. En la reunión participarán representantes de la Generalitat Valenciana, investigadores, productores y representantes de destacadas empresas del sector. El objetivo es dar a conocer cuál es la situación actual de estas plagas y qué alternativas existen actualmente para combatirlas.
Reajuste del sector
El desarrollo de este cultivo en la Ribera del Xúquer, donde se produce el 90% de la cosecha nacional de esta fruta de otoño, ha cubierto varias etapas. La aparición en el mercado de la variedad Rojo Brillante supuso una revolución. Se trataba de un producto innovador que comenzó a generar gran rentabilidad en el sector debido a sus elevados precios de venta y que se convirtió en una alternativa a los cítricos.
Esto generó el denominado ‘boom’ del kaki. El cultivo tocó techo en el ejercicio 2019 cuando se llegó a alcanzar una superficie cultivada de 15.922 hectáreas en la Comunitat Valenciana y 18.057 en el conjunto de España, según los datos de la Encuesta sobre Superficie y Rendimientos de Cultivos (Esyrce), que cada año realiza el Ministerio de Agricultura. Se llegaron a obtener producciones a nivel nacional de 400.000 toneladas.
Sin embargo, tras el ‘boom’ de los primeros años se ha producido un reajuste de la oferta debido a la reducción de la rentabilidad, los problemas de plagas, el incremento de los costes y los efectos de la climatología.
El incremento del ataque de plagas está propiciando una criba y sólo los agricultores expertos podrán continuar con la actividad. El cultivo del kaki se ha vuelto muy profesional, complicado y especializado
Debido a las dificultades que se han vivido durante los últimos años, la superficie dedicada al cultivo ha ido disminuyendo. El sector se ha ido autorregulando tras vivir una etapa de crecimiento desmedido. Se puede afirmar que, actualmente, el kaki ha entrado en su etapa de madurez y ahora el gran reto comercial es gestionar adecuadamente que la oferta camine en consonancia con la demanda. Pero en el horizonte ha aparecido otro problema, el incremento de la incidencia de las plagas que está poniendo a los productores en una situación complicada para desarrollar su actividad con normalidad.
Actualmente, un factor limitante para este cultivo son las plagas y la escasez de productos para tratarlas
En este sentido, Pascual Prats indica que “hace unos años se plantó mucho kaki y la oferta superaba a la demanda de esta fruta en los mercados. Esta situación se ha ido regulando poco a poco y el potencial máximo de producción se ha estabilizado en unas 350.000 toneladas. Un volumen perfectamente asumible por los mercados. Ahora el factor limitante para este cultivo son las plagas y la escasez de productos para tratarlas. Con mermas de cosecha o fruta de mala calidad debido a sus efectos es complicado competir y mantener la rentabilidad del cultivo. Por eso, atajar la proliferación de plagas, contando con materias activas que sean efectivas, se ha convertido en nuestra prioridad”.
La sobreproducción que se preveía hace unos años, en vista del importante incremento de la superficie de cultivo, ya será complicado que se alcance. “El ‘boom’ del kaki se ha frenado, lo que no significa que este cultivo no tenga futuro. Pero, tiene futuro sólo para el productor profesional. La problemática de las plagas está propiciando una criba y sólo los agricultores expertos, que extreman los cuidados del cultivo para obtener fruta de calidad, podrán continuar con la actividad. El cultivo del kaki se ha vuelto complicado y muy especializado. Nada comparable a las escasas exigencias que requería esta fruta cuando comenzó a despegar en la Ribera del Xúquer. Ahora hay que estar a pie de campo continuamente. Cultivar se ha vuelto caro y complicado”, explica Pascual Prats.
En cuanto a la posible expansión del cultivo, el presidente de AEKAKI apostilla que “se está detectando cierto interés del comercio privado por contar con producción propia, controlada, para no depender siempre de terceros. Eso está propiciando nuevas plantaciones o el arrendamiento de fincas que ya están produciendo. Pero a pesar de esta tendencia, en estos momentos la superficie total de cultivo se mantiene estable e incluso sigue bajando ligeramente”.
No obstante, y según constata el presidente de AEKAKI, “las oportunidades que ofrece el kaki son grandes porque, incluso en España, hay consumidores que todavía no conocen esta fruta. Evidentemente, hay posibilidades de crecer, pero a medida que la demanda vaya aumentando. El crecimiento debe ser sostenido para que el cultivo sea rentable para todos los eslabones de la cadena”.
En este sentido, Prats apunta que las campañas de promoción son importantes para incrementar la demanda y están funcionando bien. “Esta fruta cada vez se consume más y satisface al consumidor porque es un producto muy estable en sabor”, señala el representante de la asociación.
Además, para crecer es importante también abrir nuevos destinos para exportar. “El mercado europeo siempre será nuestro destino natural, pero es necesario tener otras alternativas para poder descongestionarlo en ciertos momentos de campaña o en temporadas con mucha producción”, concluye Pascual Prats.
Balance de la pasada campaña
En la pasada campaña, la DANA del 29 de octubre se ensañó con el cultivo del kaki de la comarca de la Ribera Alta de Valencia, el corazón de la producción española de esta fruta. La potente gota fría dejó a su paso intensas lluvias, inundaciones, viento, episodios de pedrisco, e incluso algunos tornados, que afectaron de forma severa a la cosecha que se encontraba aún en los campos pendiente de recolectar. La consecuencia fue una importante merma de cosecha, aproximadamente un 50%menos para lo que restaba todavía de temporada.
“El paso de la gota fría dejó mucha fruta de segunda categoría y sólo un tercio de la producción potencial en condiciones de salir al mercado en lo que restaba de ejercicio, generando una situación muy complicada de gestionar”, señala Prats.
El presidente de AEKAKI añade que “la merma de cosecha generó un ligero incremento en los precios de venta y nos obligó a ajustar la oferta disponible para atender de la mejor manera posible la demanda de los clientes. Además, en general, la campaña se terminó con antelación”.
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