La Región de Murcia es un referente en la producción y exportación hortofrutícola gracias a la capacidad de sus empresas para adaptarse a un entorno cambiante y afrontar los desafíos del mercado global
Julia Luz. Redacción.
El sector agroalimentario en Murcia representa un porcentaje esencial en la configuración del PIB regional, llegando a suponer casi al 15% del total sumando la industria transformadora, y es una fuente clave de empleo, al ser intensivo en mano de obra. Además, el sector agrícola se articula con una importante red de industrias auxiliares: desde proveedores de semillas, maquinaria, fertilizantes… hasta empresas dedicadas al empaquetado y distribución. Aunque la mayor parte del producto final es fresco y de primera gama, existe también una sólida industria transformadora dedicada a conservas, congelados y otros productos elaborados. Este entramado convierte al sector en un motor esencial para la economía y el empleo regional, con un impacto que se hace notar más allá de las fronteras nacionales.
Sin embargo, el entorno cambiante, especialmente en los últimos años, hace que este motor económico se enfrente a importantes retos. En 2023, las exportaciones de frutas y hortalizas de la Región de Murcia alcanzaron las 2.162.979 toneladas, una cifra que, aunque significativa, representa una disminución de 134.314 toneladas (–5,9%) respecto al año anterior, según datos de Aduanas procesados por la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia (Proexport). A pesar de esta reducción en volumen, el valor de las exportaciones aumentó un 5,5%, situándose en 3.085 millones de euros, reflejando en parte los incrementos en los costes de producción y comercialización.
Murcia mantiene su posición y figura entre las tres principales comunidades autónomas exportadoras de productos agroalimentarios de España, representando el 19% del total nacional, sólo por detrás de Andalucía y la Comunidad Valenciana. Sin embargo, el volumen exportado en los últimos cinco años ha caído un 17,2%, pasando de 2.610.862 toneladas en 2019 a 2.162.979 toneladas en 2023, siguiendo una tendencia similar a la observada en el conjunto del país.
La actual coyuntura del sector hortofrutícola en la Región de Murcia y las causas que han llevado a esta situación abarcan desde las incidencias climatológicas que han afectado a los ciclos de producción en las últimas campañas hasta las estrictas regulaciones agronómicas, fitosanitarias y medioambientales impuestas a nivel autonómico, nacional y europeo, así como el incremento de los costes de producción y la pérdida de reciprocidad y competitividad frente a terceros países dentro de un complejo marco internacional.
Para comprender mejor estos desafíos y su impacto en el sector hortofrutícola, cuatro directores comerciales de empresas murcianas de referencia, asociadas de Proexport, ofrecen su visión y su experiencia: Rafael Soto, de G’s España; David Franco, de Grupo Hortofrutícola Paloma; Sebastián Aguilar, de Cricket; y Juan Alfonso Sánchez, de Agromediterránea. Sus testimonios detallan cómo el sector se está adaptando a este nuevo panorama y qué medidas son necesarias para garantizar su sostenibilidad y crecimiento en el futuro.
Las exigencias de los consumidores, las dificultades logísticas y de distribución, las nuevas restricciones legislativas y el incremento de costes han llevado a las empresas de la Región de Murcia a una continua adaptación para seguir siendo competitivas y eficientes
Comercio y retail
En un entorno en constante evolución, el sector hortofrutícola también ha vivido profundos cambios en su comercio y retail en los últimos años. Las exigencias crecientes de los consumidores, los conflictos geopolíticos que afectan a la logística y a la distribución, las nuevas restricciones legislativas y el incremento de los costes, entre otros, han llevado a las empresas hortofrutícolas de la Región de Murcia a una continua adaptación para mantenerse competitivas y eficientes.
Sebastián Aguilar, director comercial de Cricket, explica que “somos una empresa concebida para el retail”. Especializada en brásicas, con la coliflor y el brócoli como los productos más demandados, Cricket “tiene una presencia significativa tanto en el mercado nacional como internacional. En otoño e invierno, el 75% de nuestra campaña se centra en el mercado internacional y el 25% restante en el nacional, mientras que en verano este porcentaje se invierte porque los países a los que nos dirigimos —países europeos— tienen su producción propia”. El éxito de esta combinación se debe a que han logrado “mantener una producción constante durante todo el año, lo cual es crucial, ya que los retailers españoles exigen un suministro continuo de 12 meses al año”.
En línea con las exigencias de los diferentes mercados, Aguilar añade que “cada mercado tiene sus particularidades, influenciadas por costumbres y preferencias locales, lo que requiere ajustes en la presentación y el tipo de producto”. Así, aunque tienen una fuerte presencia en Europa y en Emiratos Árabes, Aguilar reconoce que Asia es un mercado aún en fase de prospección.
Grupo Paloma también es una empresa “eminentemente exportadora. Comercializamos en el exterior un 95% de la producción, mayoritariamente en Reino Unido y Alemania. A nivel nacional, nuestra presencia es limitada debido a que no tenemos ciclos de producción de 12 meses que exige la gran distribución en España, un factor que limita nuestro desarrollo en el mercado nacional. Además, las innovaciones varietales y los nuevos productos se han diseñado para satisfacer las necesidades de nuestros clientes internacionales, lo que a veces no se alinea con las demandas del mercado nacional”, explica David Franco, director comercial de la compañía. No obstante, en la estrategia comercial a corto y medio plazo se están considerando opciones para ampliar la presencia de ciertos productos, especialmente dentro de la categoría del tomate, en el mercado español.
Dada la vocación exportadora de las empresas hortofrutícolas de la Región de Murcia, el director comercial de Agromediterránea, Juan Alfonso Sánchez, resalta que tanto el retail nacional como internacional “reconoce a Murcia como una fuente importante de suministro invernal y que cumple con los estándares de calidad que otros países no siempre garantizan. Esto nos permite tener una relación directa con las principales cadenas de Francia y Alemania, siendo el mercado internacional el 40% de nuestras ventas”. Desde la compañía, que cultiva más de 35 variedades de vegetales, subrayan además que sus clientes aprecian especialmente poder disponer de productos frescos de la mejor calidad durante todo el año.
El director comercial de G’s España, Rafael Soto, amplía la visión sobre el mercado europeo. “Actualmente, alrededor del 92% de nuestras ventas son exportaciones, con solo un 8% destinado al mercado nacional. Trabajamos con los principales supermercados de Europa, centrándonos en aquellos que lideran sus respectivos mercados y con los que alcanzamos relaciones de largo plazo y con compromiso por ambas partes”, explica.
En referencia a los requisitos y estándares de calidad exigidos por la gran distribución, Soto afirma que tratan de “ir siempre un paso por delante de lo que nos piden los clientes. En términos de certificación, hemos alcanzado el nivel más alto posible, y en cuanto a los plazos de entrega, no se nos puede exigir más. Trabajamos con un flujo tenso increíble que nos permite ser eficientes y rápidos”.
Tanto el sector hortofrutícola como la gran distribución han asumido el aumento de costes, ajustando los precios de venta para mantener su viabilidad económica
Costes
En cuanto los costes y su impacto en las empresas hortofrutícolas y en la gran distribución, los incrementos en los últimos años han sido notables. La inflación generalizada y los aumentos en los precios de los insumos han llevado a una presión considerable sobre las empresas del sector hortofrutícola, que se han visto obligadas a ajustar sus precios para mantener su viabilidad económica. Ajustes que, inevitablemente, se han transmitido a la gran distribución y, en última instancia, al consumidor.
“El sector de la gran distribución ha tenido que aceptar el aumento de costes, que ha llevado inevitablemente a un ajuste en los precios de venta”, explica Soto. Por su parte, Franco comenta que “los productos hortofrutícolas son más caros que hace 4 o 5 años”. A estas alturas, está claro que los costes han subido en todas las partidas que afectan tanto a la producción como a la comercialización, sobre todo, “los logísticos y los que tienen que ver con el envasado y el packaging”, añade Franco.
Trasladando este aumento de costes a la parte del transporte de mercancías, el director comercial de Cricket expone también los problemas a la hora de exportar sus productos a los Emiratos Árabes, un gran nicho de mercado para esta compañía murciana. “El bloqueo y la amenaza de piratería a la hora de atravesar el Mar Rojo han complicado enormemente la logística, ya que el tránsito debe realizarse a través del canal de Suez. Aunque exploramos alternativas, como rodear el cabo de Buena Esperanza, estas opciones resultaron inviables tanto en términos de tiempo como de coste”. Así, “nuestras exportaciones a los Emiratos se han visto resentidas, y hemos tenido que realizar ajustes estratégicos durante los meses previos a las diferentes campañas para redistribuir la producción y adaptarnos a la demanda prevista”, comenta.
Consumidores
A medida que los gustos y expectativas de los consumidores evolucionan, impulsados por factores como la creciente conciencia sobre la salud, la sostenibilidad, la comodidad y la calidad de los productos, las empresas deben adaptarse para satisfacer estas nuevas demandas.
Franco destaca que, a pesar de un receso generalizado en el consumo de frutas y verduras, hay una notable demanda creciente en el segmento de los snacks. Según él, “ahora mismo, la información que nos llega a través de los diferentes estudios de mercado a los que tenemos acceso y de los mismos retailers muestra que el consumo de frutas y verduras ha disminuido, pero el segmento de snack se mantiene o incluso crece. Por ello, estamos orientando nuestro trabajo hacia tomates pequeños tipo snack”.
Además, Franco observa que, a pesar de la crisis económica y el aumento de costes, el segmento medio-alto sigue demandando productos de alta calidad. “Ese segmento sigue creciendo y los consumidores continúan buscando tomates con gran calidad y sabor, más allá del precio. Y ahí es donde estamos dirigiendo nuestros esfuerzos”, añade.
El crecimiento del sector en los últimos años no ha sido en volumen ni en superficie, pero si en una mejora cualitativa de las empresas que ha posicionado a la Región de Murcia como referente en los mercados europeos
Soto coincide en esta tendencia hacia productos de conveniencia y el snacking, y explica cómo G’s España está respondiendo a esta demanda. “Hacemos apio en stick pack, una forma de facilitar el consumo para el cliente final. Esta línea, que inicialmente estaba más centrada en el mercado inglés, está expandiéndose a otros países de Europa Occidental, adaptándose al aumento en el consumo de productos saludables”. El director comercial de G’s España también destaca el crecimiento en la demanda de productos bio. “Desde 2007 hacemos producción biológica y, a pesar de la incertidumbre en los últimos años, esta línea se ha ido consolidando poco a poco. Actualmente, alrededor del 10% de nuestra facturación en España proviene de esta gama”, señala. Además, menciona que los consumidores están buscando cada vez más formatos pequeños debido a la disminución del tamaño de los hogares.
Aguilar explica que los productos más demandados de Cricket son el brócoli y la coliflor y que, ante la demanda de comodidad por parte de los consumidores, han creado “un suministro de floretas de brócoli y coliflor para facilitar su consumo. Tan fácil como lavar y cocinar”. Pero son dos las tendencias que sorprenden al director comercial de Cricket. Por un lado, la creciente demanda de alcachofas frescas, tanto en el mercado nacional como internacional. “Son un producto que, por su condición, son difíciles de trabajar en casa, pero su demanda ha ido en aumento”, explica. La otra tendencia, el aprovechamiento del producto entero. “Es una moda que se ha extendido entre los más jóvenes. En el caso del brócoli, no sólo consumen las floretas, sino que también aprovechan el tallo”.
Si bien los datos sobre el consumo de frutas y hortalizas muestra un retroceso a nivel general, existen ciertas tendencias que parecen capaces de impulsar, de nuevo, su crecimiento. Conceptos como la conveniencia, comodidad y sostenibilidad se alzan como las nuevas preferencias de los consumidores. Demandas que las empresas hortofrutícolas buscan satisfacer para mantenerse competitivas en un entorno de constante evolución.
Competencia
En un mundo global e interconectado, la competencia hortofrutícola de otros orígenes se ha convertido en un reto importante. De hecho, la falta de coherencia entre la política agraria y la política comercial, que está llevando a los productores comunitarios a situaciones de desventaja competitiva frente a países terceros, ha sido, precisamente, uno de los principales reclamos durante las últimas protestas agrarias que han tenido lugar en España, Países Bajos, Alemania o Francia.
En el caso de las brásicas, Aguilar comenta que Italia es el principal competidor, mientras Francia destaca en coliflor. En cuanto a países terceros, como los de norte de África, están emergiendo, pero “todavía no son una competencia fuerte”, explica. “De momento, estos orígenes se centran en mercados que para nosotros son lejanos, pero para ellos son destinos de cercanía”. Aguilar no se muestra preocupado, y explica que “para las verduras que se exportan a larga distancia lo más importante es no romper la cadena de frío además de mantener un riguroso tratamiento potscosecha de frío y humedad para garantizar una vida útil larga del producto”.
En cuanto a la competencia para la lechuga murciana, el director comercial de G’s menciona a Italia y el sur de Francia como competidores potenciales dentro de la Unión Europea, por la similitud de condiciones climáticas, pero a nivel de volumen, se centran más en sus mercados nacionales y no suponen una competencia fuerte para la exportación murciana. En cuanto a países terceros, “siempre genera algo de incertidumbre las grandes inversiones que se están haciendo en los países del norte de África, con Egipto como un competidor potencial… pero de momento es algo incipiente”, explica Soto. También menciona que “la lechuga tiene una vida útil más corta y, aunque desde la Región de Murcia hemos exportado contenedores a Canadá y Oriente Medio, se nota que cada día que pasa afecta a la frescura del producto”, argumenta.
El tomate sí es un producto que debe hacer frente a una competencia más fuerte. Franco reconoce que “los principales productores de tomate están perfectamente identificados”, y cualquier país con acceso logístico a Europa es un competidor. “Marruecos produce tomates de manera muy importante, al igual que los Países Bajos en invierno, además de otros países que están desarrollando sus producciones tanto en verano como en invierno”, comenta. No obstante, Franco destaca que “todavía hay margen de especialización” para España en el mercado del tomate, especialmente en segmentos de alta calidad. “Estamos trabajando en la categoría del tomate dentro del segmento medio-alto de las tiendas, con especialidades que transmiten valores como calidad, sabor, sostenibilidad y seguridad alimentaria”, explica.
Finalmente, y en línea con los otros testimonios, el director comercial de Agromediterránea enfatiza que los países del norte de África son los principales competidores de las producciones y exportaciones murcianas. Sin embargo, también subraya que, a pesar de estas dificultades, las empresas continúan adaptándose y especializándose para fortalecer su posicionamiento en el mercado global, destacando por la calidad, el sabor, la sostenibilidad y la seguridad de sus productos como su principal ventaja competitiva.
Cambio climático
A nivel agronómico, el sector hortofrutícola de la Región de Murcia se enfrenta a una serie de desafíos que ponen a prueba su capacidad de adaptación y resistencia. Entre ellos, el cambio climático se alza como un factor determinante y que impacta, directamente, en la producción. Según Soto, “cada vez más, el tiempo hace menos lo que se espera que haga. Por ejemplo, una variedad de lechuga que debería crecer en otoño, bajo un clima fresco, puede verse afectada si las temperaturas otoñales son más propias de un verano. Esto no sólo altera los ciclos de producción, sino que también genera problemas de calidad y reducción de la producción comercializable”.
Para hacer frente a condiciones climáticas cada vez más extremas, Sánchez destaca la colaboración entre las empresas murcianas y las casas de semillas para desarrollar variedades más resilientes a los cambios del clima. En esta misma línea, el director comercial de Cricket subraya la importancia de la gestión eficiente de las fincas ante la imprevisibilidad climática. “Este invierno, con temperaturas de hasta 25 grados en enero y febrero, la producción de brásicas se ha adelantado”, explica, “nos hemos visto obligados a adaptarnos rápidamente y ajustar nuestra estrategia comercial a las nuevas condiciones”. Según Aguilar, la clave está en la capacidad de gestión y en contar con un equipo y un portfolio comercial lo suficientemente sólidos para vender esos productos en un mercado cambiante.
El director comercial de Grupo Paloma, por su parte, también pone énfasis en que la adaptación al cambio climático es uno de los grandes retos a medio y largo plazo para la agricultura. En el caso concreto de Grupo Paloma, que cultiva en invernaderos para tomates y utiliza estructuras de malla para frutas de hueso, granada y uva, la empresa ha invertido considerablemente en ajustar sus estructuras de cultivo a las variaciones climáticas de los últimos años. “Estamos transformando nuestros invernaderos convencionales en invernaderos multitúneles de alta tecnología. El objetivo agronómico es ofrecer un mayor margen de adaptación para controlar el clima dentro del invernadero”, explica Franco. Estas estructuras de invernadero de última generación están equipadas con herramientas tecnológicas que permiten controlar parámetros como el clima, la humedad y la luz para “garantizar la calidad del producto dentro del calendario y las especificaciones comerciales exigidas en los mercados actuales”.
Agua
El agua es otro gran desafío para el sector agrícola. Murcia, ubicada en la zona más árida de España, con los niveles más bajos de agua embalsada y precipitaciones en la península, consume sólo el 3% del agua del país, pero concentra el 25% de la exportación nacional de frutas y verduras. No obstante, son muchas las voces que consideran que no se están tomando las medidas adecuadas para garantizar su continuidad. Así, Sánchez reclama “una mejora en la distribución nacional del agua para garantizar el suministro” y Soto destaca que, en lugar de buscar soluciones conjuntas, a menudo se percibe una falta de apoyo político que pone en riesgo este recurso vital para la agricultura murciana”.
Por su parte, el director comercial de Cricket enfatiza en la buena gestión de los recursos hídricos que realiza el sector hortofrutícola murciano y señala cómo las fincas aprovechan —y muchas de ellas, reutilizan— cada gota de agua para poder afrontar las próximas campañas.
La estricta normativa europea añade un nivel más de complejidad al sector, pero es también “una oportunidad para posicionar la producción murciana como líder en sostenibilidad y calidad”
Normativa
La estricta normativa europea en materia de uso de fitosanitarios, prácticas agrícolas sostenibles y legislación añaden un nivel más de complejidad al sector. El director comercial de G’s España expresa su preocupación ante la “cada vez mayor carga legislativa, más normas, más restricciones en cuanto al uso de productos que podemos utilizar en caso de plagas o enfermedades… En definitiva, más retos”. Por su parte, Franco también critica el enfoque legislativo en el caso de los fitosanitarios, y añade que “a menudo, la legislación se elabora desde un punto de vista político y otros intereses, sin considerar adecuadamente la opinión de los expertos agronómicos sobre las verdaderas necesidades agroalimentarias”.
No obstante, el director comercial de Grupo Paloma observa que, aunque las normas son estrictas, también proporcionan una oportunidad para posicionar la producción murciana como líder en sostenibilidad y calidad. “Las normas y protocolos relacionados con calidad, sostenibilidad o medioambiente no deben convertirse en un obstáculo siempre que se basen en criterios agronónomicos coherentes, ya que establecen la dirección hacia dónde se debe dirigir Europa, los consumidores y nuestro mercado. Buscan una mayor sostenibilidad, productos más sanos y naturales, y un menor impacto ambiental. Esto, en última instancia, beneficia a la producción murciana, colocándola en una posición destacada respecto a productos de otros orígenes que vienen a Europa. Nos permite diferenciarnos de aquellos que no cumplen con estos estándares de especialización”, argumenta.
En este sentido, Aguilar añade que “las normativas, a pesar de incidir en los costes, también nos permiten producir de una forma más sostenible, como, por ejemplo, con proyectos encaminados a respetar el medio en el que se encuentran nuestras plantaciones y fomentando la biodiversidad del mismo. Proyectos que estamos llevando a cabo en colaboración universidades y centros de investigación”.
Mano de obra y relevo
La falta de mano de obra y el relevo generacional son dos problemas que han ido escalando posiciones hasta situarse en el mismo nivel que el cambio climático o la reducción de fitosanitarios y suponen un desafío significativo para el sector. Pero el problema no es sólo la falta de trabajadores, sino también su alto coste. “En los últimos cinco años, el coste de la mano de obra se ha incrementado en más de un 50%”, explica Soto, quien lamenta que “cada vez es más caro y hay menos disponibilidad de personal para llevar a cabo las tareas agrícolas”.
Según Franco, “el sector debe reubicar las necesidades que tiene de mano de obra ya que el margen de crecimiento actual, dependiendo de la disponibilidad de trabajadores, no es el mismo que hace que 15 o 20 años, cuando había una cantidad de mano de obra ingente. Hoy, por el contrario, es un factor limitante”.
A pesar de las dificultades que presenta la gestión de la mano de obra, existen estrategias que garantizan las mejores condiciones para los trabajadores del campo. “En nuestro caso, contamos con una plantilla en un 95% de trabajadores fijos discontinuos con una tasa de rotación muy baja”, empieza explicando el director comercial de Grupo Paloma. “Nuestra estructura de producción, con tomates en invierno, fruta de hueso en primavera, uva en verano y granadas en otoño, busca mantener un nivel de actividad constante durante todo el año. De este modo, evitamos parones que podrían afectar la continuidad del trabajo. Esta estructura nos ha permitido estabilizar tanto la actividad de la empresa como la del personal. Así tratamos de manejar de manera efectiva los problemas actuales con la mano de obra”, concluye.
Por su parte, Soto añade una perspectiva sobre el cambio generacional y la concentración del sector. “La falta de relevo generacional es un gran problema. Los datos de hace cinco años revelaban que de cada seis agricultores que se jubilaba, sólo entraba uno nuevo, y ahora, el ratio será incluso menor. Este problema se suma a los otros muchos desafíos a los que nos enfrentamos”. Es por ello que, según Soto, “los pequeños agricultores lo tienen muy difícil a menos que estén integrados en una asociación, cooperativa o SAT mayor. La concentración del sector es evidente, y más aún con el interés que ha despertado durante los últimos años el sector agrícola para el capital de riesgo que compra empresas y las integra en grupos mayores. Es crucial que los agricultores se unan en entidades mayores para ganar fuerza, estar bien defendidos, asesorados y mantenerse al día con los cambios del sector”.
Frente a estos desafíos, el director comercial de G’s España subraya que su empresa sigue una estrategia diferente. “Somos una empresa familiar con más de 70 años de historia, dirigida por la tercera generación y con una gran vocación de permanencia. Continuamos invirtiendo en el sector y facilitando la integración de agricultores locales en nuestra SAT. Nuestro objetivo es que estos agricultores compartan nuestro proyecto, participen en nuestro programa de cultivo y comercialización, y se sientan parte de nuestra familia, asegurando así una colaboración mutua y fortaleciendo nuestro proyecto conjunto”, expone.
Futuro
“Murcia ha sido, es y seguirá siendo un referente en la producción y exportación hortofrutícola a nivel nacional e internacional”, clama Sánchez. En un contexto de constante cambio y desafíos globales, el sector mira hacia el futuro dispuesto a adaptarse y consolidar, más aún, su posición líder el mercado hortofrutícola. “No hay secretos más allá de seguir trabajando y adaptándonos a las situaciones, siendo expertos en nuestros productos, controlando todo el proceso desde la semilla hasta el cliente, respetando el medioambiente y contribuyendo a la economía local”, explica el director comercial de Agromediterránea.
Para Franco, “Murcia, en cuanto a producción, no está en una época de crecimiento. Hace 20 años, año tras año, se crecía en superficie y en volumen, pero las empresas han consolidado sus posiciones después de esa fase inicial de expansión”. Franco cree que, tras un periodo de estabilización, “muchas empresas han alcanzado un gran nivel de profesionalización, con mejoras en equipos, experiencia y desarrollo agronómico. A partir de aquí, nuestro enfoque es centrarnos en las áreas donde ya estamos presentes. Tenemos una línea de trabajo y un camino trazado, y seguimos encontrando el respaldo de nuestros clientes para nuevos proyectos. Todavía hay margen para crecer dentro del continente europeo”. El director comercial de Grupo Paloma especifica que, durante los últimos años, “el crecimiento no ha sido en volumen, sino en una mejora cualitativa de las empresas que se ha traducido en mejores productos, pero también en más fiabilidad, en más transparencia, en una mejora de procesos, en una aportación del factor humano que quizá antes no estaba, con una mejor formación entre las distintas plantillas y los distintos niveles de trabajadores de la empresa… y todo eso hace que la Región de Murcia, hoy, tenga una posición muy fuerte en los mercados europeos”.
Aguilar resalta la posición de la región y su capacidad de adaptación a los cambios y desafíos. “Murcia es un referente y así va a seguir siendo. Tenemos que crecer adaptándonos a las circunstancias, mejorando procesos y optimizando el aprovechamiento hídrico para combatir el cambio climático. Con estas estrategias, la Región de Murcia continuará siendo un líder en la producción de frutas y verduras”, enfatiza.
Por su parte, el director comercial de G’s ensalza la importancia del capital humano para asegurar un futuro sólido para el sector. “Una de las claves para que una empresa tenga futuro es pensar siempre en el largo plazo y cuidar tus recursos. Y uno de los recursos fundamentales es el capital humano”. Siendo la primera empresa a nivel mundial con más de 1.000 trabajadores en recibir el certificado “Great Place To Work”, Soto destaca cómo el cuidado por el personal, las condiciones laborales, la inversión en formación, proyección y promoción son claves para la viabilidad de una empresa a largo plazo.
En definitiva, aunque en el sector agrícola actual los retos y amenazas se presentan como algo novedoso, la agricultura siempre ha tenido que enfrentarse a dificultades, desafíos y a la competencia procedente del exterior. Y siempre ha sabido adaptarse. La Región de Murcia es un claro ejemplo de esta resiliencia. A través de un proceso constante de adaptación y un trabajo excepcional, este crecimiento no sólo se refleja en la calidad de sus productos, sino también en la profesionalidad de sus empresas. Murcia ha alcanzado un nivel de madurez empresarial que augura un futuro prometedor, consolidándose como referente en la producción y exportación hortofrutícolas.
Acceso al reportaje en las páginas 2-3-4 del dossier Murcia Fruits en el ejemplar de Valencia Fruits.
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