Entrevista al Secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana, Roger Llanes
Óscar Orzanco. Redacción.
El secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana analiza los principales problemas que afectan a la citricultura de la Comunitat Valenciana entre los que menciona unas estructuras agrarias con poca dimensión, la falta de rentabilidad de los productores, la competencia de terceros países o el descenso del consumo per cápita de cítricos. Como medidas para ayudar al sector impulsadas desde la Conselleria de Agricultura y la Generalitat, Roger Llanes aborda temas como la Ley de Estructuras Agrarias, la creación del Foro Citrícola, el incremento de los presupuestos destinados a seguros agrarios o la sanidad vegetal, la próxima presentación del Plan Integral Citrícola o la campaña de promoción que se va a lanzar para impulsar el consumo de cítricos. Pero, como indica el secretario autonómico, para solucionar los problemas estructurales de la citricultura lo fundamental es “que en el sector haya unión”.
Valencia Fruits. ¿Qué análisis realizan desde la Conselleria de Agricultura atendiendo a los datos de los aforos de cítricos previstos para esta campaña?
Roger Llanes. Las previsiones de los aforos reflejan una reducción de cosecha en la Comunitat Valenciana de aproximadamente el 8% en todos los grupos. El primer mes de campaña lo podemos calificar como positivo. Los precios han sido superiores a los registrados en el ejercicio precedente y los niveles de demanda en el mercado aceptables. Sin embargo, según nuestra visión, el problema de esta temporada no es comercial sino que radica en el fuerte incremento de costes que están incidiendo directamente sobre la producción y la comercialización. Esta situación está provocando que los márgenes que se podían obtener con estas cotizaciones más elevadas no sean los esperados, y esto es preocupante.
“El problema de esta temporada no es comercial sino que radica en el fuerte incremento de costes que están incidiendo directamente sobre la producción y la comercialización”
Asimismo existe cierta inquietud sobre la evolución del tiempo. La campaña no se está desarrollando de la forma habitual porque seguimos notando los efectos de una meteorología extraña que puede incidir en los cítricos. Todos esperamos que llegue el frío que favorezca la coloración de los frutos en el campo y una maduración adecuada, y que la demanda en Europa no decaiga por el calor.
“El descenso de la producción que se confirma para esta campaña se atribuye con claridad a la meteorología adversa que sufrimos durante toda la primavera pasada en el litoral mediterráneo”
VF. ¿A qué se debe ese descenso de cosecha?
RL. El descenso de la producción se atribuye con claridad a la meteorología adversa que sufrimos durante toda la primavera pasada en el litoral mediterráneo. Las lluvias tan abundantes al final de la época primaveral incidieron en la floración y el cuajado, y después las elevadas temperaturas no han ayudado a que los frutos se desarrollasen correctamente.
“Continuamos detectando una reducción de la superficie cultivada de Clemenules en Castellón y en Valencia”
Por otra parte, continuamos detectando una reducción de la superficie cultivada de Clemenules en Castellón y en Valencia. Han subido las hectáreas plantadas de otros cítricos pero no compensan todavía la caída en mandarinas. No obstante, el descenso de producción esta campaña se produce en todos los grupos y provincias de la Comunitat Valenciana, menos en mandarinas, en los que se detecta un incremento en Castellón. Esto se explica porque el año pasado esta provincia sufrió una caída de cosecha muy fuerte en mandarinas y en este ejercicio se ha recuperado volumen debido a la propia dinámica del cultivo y la vecería y porque el Cotonet de Sudáfrica se encuentra más controlado. Pero aún así, a nivel global, la cosecha de mandarina en la Comunitat Valenciana también presenta una disminución de cosecha.
Incluso en limones, un cultivo muy localizado en Alicante, también hay un descenso de producción, aunque menor que en naranjas. En este capítulo la única nota positiva es el pomelo, pero es una producción que se mueve en unas cifras muy bajas.
VF. ¿Está perdiendo peso la producción citrícola de la Comunitat Valenciana respecto al volumen global de cosecha española?
RL. Es cierto que la producción de cítricos en la Comunitat Valenciana está descendiendo, pero lo más relevante, en cuanto a este tema, es que otras comunidades, sobre todo Andalucía y Murcia, están subiendo mucho la superficie plantada y por tanto creciendo en volumen de cosecha.
En los años ochenta la Comunitat Valenciana controlaba el 85% de la producción, en el año 2000 el 65%, y ahora mismo estamos rozando el 50%. Mientras que Andalucía acaparaba el 15% de la producción en los ochenta y actualmente se posiciona con un 35% de la cosecha citrícola nacional. Y Murcia también ha crecido. Pero estos datos no significan que nuestro descenso de producción sea comparable a la pérdida de peso porcentual. Lo que ha ocurrido es que la producción española de cítricos prácticamente se ha duplicado por la vía del incremento de superficie plantada en otras comunidades autónomas. Lo que producimos y llevamos a los mercados desde la Comunitat Valenciana no ha bajado, pero también es cierto que el resto de comunidades está subiendo.
VF. ¿Y qué está ocurriendo en el ámbito de la comercialización?
RL. En cuanto a la actividad comercial, continuamos teniendo el gran peso de la comercialización citrícola en manos de empresas privadas y grupos cooperativos de la Comunitat Valenciana. Nuestros comercializadores no solo gestionan las ventas desde el territorio valenciano, sino que cuentan con almacenes de confección en las principales zonas productoras de Andalucía, desde donde preparan la fruta que luego exportan desde Valencia y Castellón. En concreto, más del 80% de la comercialización de naranjas y mandarinas continúa gestionándose desde estas dos provincias de la Comunitat Valenciana. Esto no ocurre en limón, porque Murcia tiene más peso en este cultivo.
VF. Gracias al trabajo desarrollado en Bruselas, la Comisión Europea ha aprobado la aplicación del tratamiento en frío para las naranjas procedentes de países terceros afectados por la Falsa polilla. ¿Cómo valoráis esta decisión adoptada en Europa y que se haya logrado desde la unidad del sector?
RL. La calificamos como una medida muy positiva lograda desde la unidad del Foro Citrícola impulsado fundamentalmente por la Generalitat Valenciana. Nos consideramos parte integrante de este foro que ha logrado aunar a las organizaciones agrarias, las cooperativas y al comercio privado. Y el tratamiento en frío era una de las respuestas que estábamos buscando en la Comisión Europea. Uno de los objetivos que nos marcamos cuando accedimos al gobierno fue aumentar el peso de los intereses valencianos en España y en la Unión Europea. Y en este punto lo hemos conseguido. Se ha logrado en primer lugar que el Ministerio de Agricultura tuviese en cuenta la importancia que tiene el sector citrícola y que ellos también hicieran propio ese discurso. Y finalmente esta presión sostenida y muy motivada ha provocado que la Comisión Europea haya tomado está decisión justa y en consonancia con nuestras pretensiones.
Lo que reclamábamos era que a los países terceros que enviaban producción a Europa se les sometiese al tratamiento en frío para impedir que fueran una continua vía de entrada de plagas. Nos ha costado lograrlo, pero con justicia, una buena argumentación, un excelente equipo técnico y con mucha presión política, se ha conseguido, aunque no de una forma perfecta. Ahora mismo Sudáfrica ha denunciado a la Unión Europea ante la Organización Mundial de Comercio, pero se está defendiendo la norma con ahínco ante la OCM, donde consideramos que no debe haber ningún problema porque no es una medida comercial, sino de sanidad vegetal, y persigue asegurarnos de que no entren nuevas plagas en nuestros cultivos.
VF. ¿En qué consiste la campaña promocional que va a la lanzar la Generalitat Valenciana?
RL. Este proyecto de promoción es la primera campaña potente que se realiza desde 2007 y tiene el objetivo de incrementar el consumo de cítricos. Este año vamos a incidir en el mercado nacional pero el reto de futuro es continuar con esta iniciativa de forma sostenida y llegar a todos los mercados.
Uno de los problemas que hemos detectado es que desde hace tiempo el consumo per cápita está descendiendo de una forma continuada. Esto concepto es importante porque nunca hasta ahora hemos exportado tantos cítricos, a los que hay que sumar los procedente de países terceros. Nunca se han consumido tantas mandarinas y naranjas como en actualidad, pero esto se debe a que ha crecido la población europea y el número de países a los que enviamos fruta. Hay más consumo global pero per cápita ha descendido.
Nuestro objetivo con esta campaña es doble. Por un lado ayudar a que los cítricos sean las frutas preponderantes en las mesas valencianas, españolas y europeas, y que otras frutas no nos desplacen. Y en segundo lugar que el consumidor identifique nuestros cítricos valencianos, que están amparados por la IGP Cítricos Valencianos. Pretendemos apoyarnos en esta IGP para relanzar la percepción de los consumidores sobre nuestros cítricos, aumentar el consumo, y que una marca tan potente, tan arraigada en el subconsciente, como ‘naranja valenciana’ o ‘cítrico valenciano’, vuelva a tener la imagen y reputación de antaño. En los últimos tiempo nos habíamos posicionado como una producción de ‘comodity’ basada en el volumen, y pretendemos volver a situar el cítrico valenciano en un lugar preponderante. Y consideramos que la campaña de mejora de la percepción debe empezar en el mercado nacional para a continuación expandirnos por el resto de mercados.
“Hay que aumentar el número de destinos a los que llegamos, ya que continuamos estando muy focalizados en la UE y Reino Unido”
VF. ¿Cuáles son los principales problemas de la citricultura valenciana?
RL. En el ámbito de la comercialización tenemos que incrementar el consumo per cápita y debemos mejorar la percepción que el consumidor tiene de los cítricos valencianos posicionándolos como los agrios de referencia en el mercado global. También hay que aumentar el número de destinos a los que llegamos, ya que continuamos estando muy focalizados en la Unión Europea y Reino Unido.
Por otra parte, en la citricultura hay problemas que son comunes en toda nuestra agricultura. Uno muy importante afecta a la estructura productiva. La Conselleria de Agricultura ha puesto ha disposición del sector la Ley de Estructuras Agrias, pero la producción no es capaz de mejorar su dimensión por la vía de generar explotaciones más grandes, modernas, con variedades y patrones que aporten calidad, y todo con el objetivo final de reducir costes. Porque contar con explotaciones más grandes facilita aplicar las tecnologías más modernas para ganar en eficiencia.
Pero para avanzar en este sentido nos falta unión en la base productiva. Hay que tener en cuenta que el 55% de la producción se encuentra fuera del comercio privado o las cooperativas. Son agricultores independientes que no están integrados en estructuras asociativas y que cada campaña deben ver de qué forma comercializan su cosecha. Esa falta de organización en la producción también se convierte en un problema a la hora de desarrollar la actividad de forma eficiente y con la calidad necesaria. Padecemos evidentemente un problema de costes, derivados de esta estructura productiva, pero actualmente también inducidos por las turbulencias que estamos viviendo.
Y tenemos también dificultades por la competencia de los productores de países terceros. La falta de reciprocidad a hora de producir en países como Egipto o Sudáfrica en comparación con España, las diferencias de costes o las distintas exigencias en los mercados europeos, provocan unas diferencias en contra de nuestros productores que están pesando como una losa en sus márgenes comerciales. Por eso, uno de los próximos objetivos que se debe plantear el Foro Citrícola es buscar que se implanten cláusulas de reciprocidad o espejo que igualen las condiciones en las que las producciones de países terceros llegan al mercado europeo con las que se nos exigen a nosotros.
Todos estos problemas enumerados son sustanciales y básicos. Pero además debemos mejorar nuestra capacidad comercializadora, modernizarnos a nivel técnico, incrementar el capital tecnológico y de investigación para que la innovación llegue directamente al campo y genere valores añadidos diferenciados respecto a nuestros competidores.
Y sin quitar importancia a las dificultades comerciales, técnicas o tecnológicas, un objetivo prioritario es mejorar el nivel de rentabilidad de los productores. Se trata de un problema fundamental del que depende su supervivencia. Si los agricultores no obtienen una rentabilidad adecuada ninguna propuesta tendrá sentido. Hay que lograr que al productor le llegue un valor suficiente para continuar con su actividad y mejorarla.
Y para superar todos estos problemas es básico que en el sector haya unión. Una unión que estamos tratando de imbuir a través de Intercitrus porque tenemos intereses comunes a lo largo de toda la cadena alimentaria.
VF. Ya se ha hecho referencia a la Ley de Estructuras Agrarias puesta a disposición del sector. ¿Qué más puede hacer desde la Conselleria de Agricultura para encauzar el futuro de la citricultura?
RL. Por desgracia hemos sufrido unos años de pandemia y ahora estamos inmersos en los efectos de una guerra. En estos últimos tres años de crisis la Conselleria ha dedicado una parte importante de su trabajo y de su presupuesto a ayudar al sector para que pasará estos momentos difíciles de la mejor manera posible.
La primera campaña en pandemia fue muy positiva porque el efecto covid tiró del consumo y de los precios. La siguiente fue mala y esta desconocemos cuál va ser el resultado. En el ejercicio pasado, donde se junto la pandemia con los primeros latigazos de la guerra de Ucrania, se han dado por primera vez ayudas extraordinarias directas a los productores de cítricos por casi 25 millones de euros para paliar los efectos del conflicto. Negociamos para que la Comisión Europea aprobase estas ayudas y que el Ministerio también pusiera dinero, y de los 27 millones dedicados a todos los citricultores en España casi 25 fueron destinados, por el diseño que logramos introducir en la medida gubernamental, a productores valencianos. Esta medida, aunque sea coyuntural, es muy destacable.
También hemos constituido el Foro Citrícola y estamos realizando la labor necesaria para influir en Bruselas para que se tengan en cuenta nuestras reivindicaciones.
Se ha incrementado sustancialmente nuestro nivel de apoyo a los seguros agrarios. Este mismo año hemos aumentado un 10% la subvención adicional a los aseguradores para que descendieran los costes.
Y se ha incrementado el presupuesto destinado a la sanidad vegetal cuyo principal beneficiario son los cítricos. Ya es conocido como se introdujo el Cotonet de Sudáfrica en 2009 y hasta 2015 no empezamos a trabajar seriamente sobre esta plaga. Se han desarrollado varias líneas de actuación que están logrando contener el problema.
Finalmente hemos constituido ya la Agencia Valenciana de Información y Control Alimentario que va a tener como uno de los principales objetivos lograr que haya una cadena alimentaria más transparente y en la que el productor tenga una remuneración adecuada que cumpla con la premisa de cubrir los costes de producción.
En el campo de la investigación el IVIA está trabajando mucho más en el campo de los cítricos. Hace poco se ha conocido la expansión de la Trioza erytreae en Portugal y debemos recordar que desde hace años se investigan medidas preventivas contra el insecto vector del HLB. El IVIA localizó el depredador Tamarixia dryi, que lo trajo de Sudáfrica, y estamos realizando las sueltas en la cornisa cantábrica y Galicia. Y se están desarrollando tres líneas de investigación para estar preparados ante la posible llegada del HLB. El IVIA está investigando patrones con vistas a los cambios futuros que se puedan producir en la citricultura.
Se han puesto en marcha proyectos de investigación relacionados con la digitalización, la agricultura de precisión o la sostenibilidad del regadío. En definitiva, hemos abierto unas ventanas de trabajo y oportunidades distintas que pretenden cambiar la inercia que estábamos llevando.
Y en este sentido va a ser muy importante el Plan Integral Citrícola que hemos lanzado. Ya se han presentado algunas líneas del diagnóstico que se está realizando y el objetivo es que a principios de 2023 tengamos ya el plan completo y podamos comenzar a aplicar las medidas de este estudio. Este plan va a tener como principal objetivo diseñar el futuro a nivel de producción y de comercialización, y expondrá una hoja de ruta de por dónde debería avanzar el sector citrícola en los próximos años.
VF. ¿Puede comprometer el cese de Mireia Mollà como consellera de Agricultura el desarrollo de proyectos estratégicos?
RL. No. Estamos inmersos en el desarrollo del Plan Integral Citrícola, el IVIA está muy asentado en las líneas de investigación estratégicas de la lucha contra plagas. Incluso se va a reforzar todavía más con un proyecto de ampliación de la bioplanta. La política agraria de la Conselleria está estabilizada y definida. Tenemos unas vías de trabajo estratégicas muy asentadas y en pleno funcionamiento.
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