La sostenibilidad en cítricos pasa por la intensificación productiva y el modelo en seto

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Desde Agromillora proponen el uso de la mejora genética para conseguir árboles con bajo vigor y marcos de plantación de alta densidad para producir cítricos de forma sostenible a nivel ambiental y económico

Ignasi Iglesias, doctor en Ingeniería Agrónoma, experto en fruticultura y divulgador, cuenta con una dilatada experiencia en el campo de la investigación agraria. / II

Julia Luz. Redacción.

Producir de forma sostenible ante un escenario con escasez de mano de obra, falta de disponibilidad de agua o mucha presión de las plagas y enfermedades, es el principal desafío al que se enfrentan los países productores de frutas y hortalizas. Retos y desafíos donde las nueva variedades, la mecanización y la optimización de los recursos son claves para alcanzar esa sostenibilidad tan codiciada y demandada actualmente. Y no sólo la sostenibilidad medioambiental, también la económica y la social. 

Por ello, desde Agromillora Group —una empresa global dedicada a la producción de plantas de vivero de especies leñosas, como el melocotón, la manzana, la pera, el olivo o el viñedo y que ayuda a los productores a mejorar su eficiencia— llevan años trabajando en la implementación de un sistema de cultivo revolucionario para redefinir el sector y conseguir así el objetivo de una agricultura moderna, más rentable y sostenible: el modelo en seto.

Sin disminuir la productividad de la copa por m³, el modelo en seto es más eficiente ya que reduce costes, necesita menos agua y facilita la recolección al mecanizarla y requerir menos mano de obra

Pero, ¿en qué consiste este modelo? Ignasi Iglesias, director técnico y de desarrollo de Agromillora, nos explica que el modelo en seto se basa en la mejora genética de portainjertos de bajo vigor y marcos de plantación de alta densidad, es decir, “copas pequeñas y más eficientes”. 

Recolección con cabalgante para destino industria en seto con patrón CIVAC-19 a 2,5×1,2 m./ AGROMILLORA

Los primeros cultivos en seto aparecieron en los años 70 con el portainjerto enanizante de manzano M9. Más tarde, durante los años 80, se desarrolló también un patrón de bajo vigor también para peral. Pero fue en la década de los 90 cuando Agromillora llevó a cabo la primera plantación de olivar en seto, una tecnología de cultivo que han extendido también a los frutales de hueso. Un modelo que ha empezado a generar cada vez más interés en el sector citrícola. 

Es casi imposible interrumpir a Ignasi cuando empieza a detallarnos las diferentes ventajas que trae consigo este modelo. “Primero, las copas pequeñas son más eficientes porque distribuyen mejor la luz y los carbohidratos, y los frutos acaparan todos los nutrientes”, empieza puntualizando. “Un árbol de menor vigor supone también una reducción proporcional de los fitosanitarios, y podemos pasar de 1.400 o 1.500 a 700 u 800 litros de caldo por hectárea. Aproximadamente, una reducción del coste de fitosanitarios de un 50%”. Y sigue. “Por otra parte, como la copa es más o menos la mitad, el consumo de agua también es menor porque la evapotranspiración se reduce, así como también es menor el uso de fertilizantes, ya que cuando la productividad es buena la necesidad de nutrientes disminuye”. Pero aquí se detiene. “Todo esto es muy importante para la viabilidad de las explotaciones, sin embargo hay un factor indispensable para la sostenibilidad presente y futura de la citricultura en particular y la agricultura en general: la mano de obra”. 

Punto a detenerse: la mano de obra, cada vez más escasa y con un coste en crecimiento continuo. “El menor volumen de copa facilita intervenciones como la poda o la recolección sin necesidad de escaleras o, incluso, la mecanización total de la recogida de fruto con cosechadoras cabalgantes”, explica Ignasi y, además, advierte que “en los sistemas peatonales, el coste de mano de obra está sobre los 6 céntimos de recolección por kilo, mientras que cuando nos vamos a árboles más grandes ya sube a 9 o 10 céntimos. La eficiencia en la recolección aumenta entre un 30 y un 40% al coger la gran mayoría desde el suelo”. Ventajas que, tal y como hemos dicho anteriormente, dan respuesta a los principales retos de la agricultura del presente y del futuro. 

“El menor volumen de copa facilita intervenciones como la poda o la recolección sin necesidad de escaleras o, incluso, la mecanización total de la recogida de fruto con cosechadoras cabalgantes… La eficiencia en la recolección aumenta entre un 30 y un 40% al coger la gran mayoría desde el suelo”

Tras exponer todos estos motivos, lanza: “nuestra propuesta desde Agromillora es basarnos en una mejora genética, en este caso desde el portainjerto, con el patrón CIVAC-19, que te permite reducir el volumen de copa e intensificar”, y propone dos opciones “el modelo de alta densidad, con marcos de 4 x 1,5, con árboles más pequeños que permiten recolectar desde el suelo o con una máquina cabalgante y el modelo de media densidad, con marco de plantación de 5 x 2, pensado para la recolección manual.

No obstante, son varias las dudas que surgen después de escuchar esta propuesta que, a priori, es música para los oídos. Al tratarse de un árbol más pequeño… ¿la producción es menor? Y cómo puede ser que si este modelo presenta tales ventajas, ¿no se haya planteado antes para el cultivo de cítricos?

En cuanto al volumen de producción con árboles más pequeños, nos cuenta que “después de trabajar varios años con este modelo en el Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria), los datos extraídos muestran que la productividad de la copa por metro cúbico es casi la misma”. El director técnico de Agromillora ríe. “Parece que sorprenda un poco, pero es así —y continúa—, ¿por qué? Porque la copa es más eficiente. Porque la luz se distribuye mejor y los carbohidratos se vehiculan en más proporción a los frutos y no a las hojas y al tronco. Esto explica porqué hablamos de intensificación sostenible, porque la sostenibilidad de inputs, de mano de obra, de agua, etcétera… sólo es posible en cítricos si se hacen árboles más pequeños y se intensifican las plantaciones”. Nos admite, no obstante, que como caben más árboles por hectárea existe la contraprestación de que el coste de la plantación es dos o tres veces más que el de una explotación convencional, pero “los árboles ocupan el espacio más rápido y, por tanto, producimos más rápido, así que la compensación económica también es más rápida, además de tener para 15 o 20 años un árbol más eficiente”.

“Parece que sorprenda un poco, pero es así —y continúa—, ¿por qué? Porque la copa es más eficiente. Porque la luz se distribuye mejor y los carbohidratos se vehiculan en más proporción a los frutos y no a las hojas y al tronco. Esto explica porqué hablamos de intensificación sostenible, porque la sostenibilidad de inputs, de mano de obra, de agua, etcétera… sólo es posible en cítricos si se hacen árboles más pequeños y se intensifican las plantaciones”

Modelo media densidad o Mid-Density a 5×2 m para recolección peatonal, patrón CIVAC-19. / AGROMILLORA

En cuanto a la implementación del modelo en seto en el cultivo de cítricos, Ignasi achaca su retraso al clásico “hasta que no hay una necesidad, las cosas no cambian”. Empieza con el ejemplo del manzano, “hace 40 años, el precio de la manzana era muy bajo y no permitía cubrir los costes de mano de obra, así que no hubo otra alternativa que cambiar a árboles más pequeños para hacerlo todo más fácil. En cítricos ha pasado lo mismo. Hasta ahora, los productores se ganaban bien la vida y los números salían, pero cuando empiezan los problemas recurrentes de menor disponibilidad de mano de obra y cada vez más cara es cuando surge la pregunta… ¿puedo hacer algo diferente? Porque la mano de obra es el problema de hoy y de mañana y una copa más pequeña te permite una recolección mecanizada casi en su totalidad, y eso hace de la plantación mucho más eficiente”.

Algunos productores ya han empezado con este modelo. “No partimos de 0, partimos de mucho”. Con el Ifapa empezamos los trabajos y ya tenemos en Andalucía varias fincas comerciales, así como en Italia, en la zona de Bari. Cualquiera que esté interesado puede verlo con los datos en la mano. Es saber aprovechar el momento. ¿Ha llegado el momento de renovar mi plantación? Pues pienso y hago algo diferente”, sentencia Ignasi.   

El director técnico de Agromillora concluye afirmando que “la sostenibilidad en el cultivo de cítricos pasa por la intensificación. Si no hablamos de árboles más pequeños, si no intensificamos, no podemos hablar de sostenibilidad, y hablamos de la sostenibilidad en sus dos vertientes: la ambiental, porque utilizamos menos recursos, y la económica, porque reducimos costes y para el productor es más rentable”.

Acceso a la información en la página 8 del dossier Citrus Forum en el ejemplar de Valencia Fruits. 

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