El Sistema Intensivo del Cultivo de Arroz, desarrollado en los años ochenta en Madagascar, es una metodología agroecológica para la producción de arroz

El Sistema Intensivo del Cultivo de Arroz aumenta la productividad, reduce los costos económicos y ambientales y es más resiliente al cambio climático. / Archivo
El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) informó este jueves que impulsa un sistema intensivo de cultivo que mejora la productividad y la adaptación al cambio climático del arroz.
El Sistema Intensivo del Cultivo de Arroz, desarrollada en los años ochenta en Madagascar, es una metodología agroecológica para la producción de arroz que aumenta la productividad, reduce los costos económicos y ambientales y es más resiliente al cambio climático.
“En el instituto buscamos aumentar el conocimiento del sistema en el hemisferio, apoyar iniciativas de demostración, generar herramientas que faciliten la implementación y la cooperación horizontal y regional en el tema”, indicó la especialista en Cambio Climático, Recursos Naturales y Gestión de Riesgos Productivos del IICA, Kelly Witkowski.
La iniciativa consiste en cuatro principios básicos: promover el establecimiento temprano y rápido de plantas saludables, reducir la competencia entre plantas, mantener los suelos saludables, aireados y enriquecidos con materia orgánica, y una mejor gestión del agua al alternar suelos secos y mojados.
El IICA expresó que junto con socios y la asesoría de la Universidad de Cornell, de Estados Unidos, trabaja desde hace seis años para ajustar el sistema a la agricultura de América Latina y el Caribe. Países como Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Venezuela han implementado esta metodología con resultados alentadores, según informó el IICA.
Israel Araya, un productor con 34 años de cultivar arroz en Bagaces, Costa Rica, es uno de los casos de éxito, ya que su forma tradicional de cultivo lo llevó a acumular cuantiosas pérdidas a causa de cosechas infructuosas. “Cosechábamos un arroz de muy mala calidad que casi no lo querían comprar y tuvimos pérdidas”, confesó Araya.
Sin embargo, su hijo Steven descubrió el curso virtual del IICA y comenzaron a implementar la metodología, lo que les ha traído grandes beneficios. Araya tiene una parcela de casi 13 hectáreas y solamente una de ellas se mantiene bajo siembra tradicional de arroz, para comparar los resultados.
“En cuanto a las semillas para la siembra, pasamos de utilizar entre 100 y 120 kilogramos por hectárea a apenas 24, y se redujo hasta en un 30 % el uso del agua. También vemos plantas con más vigor, muy limpias y sanas, sin problemas de enfermedades o bacterias, con tallos más gruesos, espigas más desarrolladas y más granos”, explicó el productor.
El curso es gratuito y está disponible en la dirección elearning.iica.int. del organismo internacional para todos aquellos interesados en la región de implementar este sistema.