Francesc Pàmpols, director de Pampols Packaging Integral, apunta tendencias sobre los envases y embalajes hortofrutícolas
Óscar Ortega. Barcelona.
La gama de soluciones de packaging para frutas y verduras es muy amplia y el sector evoluciona rápidamente para satisfacer las exigencias del mercado, que pasan por una clara apuesta por los envases biodegradables, atractivos y que favorezcan la preservación del alimento envasado.
Bajo la experiencia de esta firma con más de 35 años en el sector de los envases y embalajes de fruta y hortaliza, también se desprende que los clientes buscan envases que sean bonitos, respetuosos con el medio ambiente y económicos. En este sentido, Francesc Pàmpols, director de Pampols Packaging Integral, afirma que “en las últimas campañas han primado los envases biodegradables y que minimizan la huella de C02”.
Melocotón, nectarina y cereza
En fruta de verano, en especial las diferentes variedades de fruta de hueso, el director de Pampols Packaging Integral desgrana que “las propuestas estrella suelen ser las cestas de cartón microcanal, nanocanal o en kraft (esta última opción es la más resistente en ambientes húmedos) combinado con flow compostable o malla biodegradable como métodos de cerrado de las bandejas” y añade que “una ventaja destacable de los envases de cartón es el sinfín de posibilidades de personalización que ofrecen”.
Esta firma también registra un incremento de la demanda de alveolos de celulosa o fabricados a base de plástico reciclado durante los meses estivales. En este sentido, Pàmpols recuerda que “los envases fabricados a base de plásticos reciclados, como el rPET, son una buena alternativa para esquivar el impuesto al plástico, que emerge de la ley 7/22 de Residuos y Suelos Contaminados para una economía circular y que ha acentuado el interés hacia envases hechos a base de plásticos reciclados (que no tributan), de gramajes más bajos y fabricados con cartón o con materiales biodegradables”.
Lo importante es ser flexible a las necesidades del cliente y del producto fresco. “Cada fruta y verdura tiene sus particularidades, entre ellas su tamaño o proceso de maduración, y por ello debemos adaptar cada tipo de envase a las características intrínsecas del fruto”, matiza Pàmpols.
Economía circular
Respecto a los materiales de envasado, Pàmpols opina que “el plástico también es un buen aliado para según qué tipo de envases y funcionalidades en la industria hortofrutícola” y que “no se trata de dejar de utilizarlo, sino de encontrar fórmulas para fomentar la economía circular de este material y optar por soluciones de packaging fabricadas a partir de materiales reciclados y respetuosos con el medio ambiente”.
Certificaciones
Pampols Packaging Integral cuenta con los certificados BRC, ISO y recientemente han obtenido las certificaciones IFS Logistica (International Food Standard), que vela por la seguridad alimentaria de los productos que comercializamos, y la FSC Cadena de Custodia que acredita que la materia prima de los productos con sello FSC provienen de bosques gestionados de manera responsable o de fuentes recicladas acreditadas (contenedor azul).
En palabras de Pàmpols, “son sellos de garantía y confianza que demuestran que trabajamos de forma segura y según unos protocolos de calidad muy exigentes”.
Pàmpols manifiesta que “la previsión es que sea una buena campaña de fruta de hueso y queremos estar a la altura de las demandas de los clientes, ofreciendo las mejores soluciones de packaging hortofrutícola e instalando y realizando el mantenimiento de equipos de final de línea”. Uno de los objetivos de esta empresa es garantizar que los equipos de envasado y embalaje instalados en las fábricas y centrales hortofrutícolas estén siempre operativos. Por ello, la compañía impulsa los contratos de mantenimiento preventivo.
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