Inmaculada Sanfeliu: “Más de lo mismo”

AgroFresh FRESCOS

La presidenta del Comité de Gestión de Cítricos, Inmaculada Sanfeliu, opina sobre la actual situación fitosanitaria, la ‘Falsa polilla’ y la ‘Mancha Negra’

Inmaculada Sanfeliu (*)

Sudáfrica, país exportador a la UE afectado por la ‘Falsa polilla’ (Thaumatotibia leucotreta o FCM) y por la ‘Mancha Negra’ (Phyllosticta citricarpa, Citrus Black Spot o CBS), viene cuestionando de forma sistemática la necesidad de las medidas fitosanitarias establecidas por la UE para evitar la entrada de ambos organismos nocivos prioritarios y cuarentenarios, un insecto el primero y un hongo el segundo. En la mayor parte de las ocasiones lo hace con enredos, trampas, amenazas y chantajes y, sobre todo, con formas que dejan bastante que desear. Recientemente, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, alentado por la Citrus Growers Association (CGA), tira mano de la inclusión racial y acusa a la UE de “proteccionismo” que frena a los productores de cítricos negros y con él, “las aspiraciones de los citricultores de color, a cuyos antepasados se les negó la participación económica durante el apartheid” [sic]. Lo ha hecho en el marco de un foro comercial bilateral reciente entre Sudáfrica y Bélgica y dirigiéndose al monarca europeo, el rey Felipe de Bélgica.

El presidente sudafricano Ramaphosa, aprovechando un foro comercial bilateral con la presencia del Rey Felipe de Bélgica, dijo que el “proteccionismo” de la UE está frenando el desarrollo de los citricultores negros de su país, “a los que ya se les negó la participación económica durante el apahtheid”

“Con mucha ilusión se meten en el cultivo y producción de cítricos (…). A medida que parcelamos la tierra a la gente negra, ellos comienzan a meterse en sectores como el de los cítricos. Tenemos un número creciente que ahora están involucrados en el cultivo y la producción, y esas personas han visto oportunidades para comenzar a comerciar con otros países, como Europa”, dijo el presidente sudafricano. 

“Con gran entusiasmo se involucran en el cultivo. A medida que crecen en número, sus productos crecen. Mientras buscan exportar, encuentran que hay otro gran productor de cítricos en su continente: España, que compite con ellos”, señaló el responsable del ejecutivo ante el monarca europeo a quien dijo haber trasladado la cuestión. 

Y continuó: “Mientras buscan exportar a su parte del mundo, hay barreras con las que tienen que lidiar. Algunas [son] barreras completamente nuevas y eso los frena mientras buscan participar en la transformación de la economía sudafricana”. 

Ramaphosa, en su comparecencia ante los medios, añadió: “Le estaba diciendo a Su Majestad que el año pasado un cargamento de cítricos de 615 millones de rand [31,2 millones de euros] de valor quedaron varados en el mar porque no se le podía permitir la entrada a Europa en virtud de una barrera que se había establecido”. De ahí —según matizó— que “el Rey y otros en la delegación comercial belga se refirieran a un principio apreciado también por Nelson Mandela: el principio de inclusión” motivo por el que realizó una llamada a las autoridades y operadores belgas para que apoyen el comercio “sobre una base equitativa. Queremos que todos los países se vean mutuamente beneficiados”.

Discurso estudiado

El discurso está muy estudiado: vocablos como “aspiraciones”, “ilusión”, “entusiasmo”, “involucrados”, “oportunidades”…, con connotaciones positivas y hasta lacrimógenas, unidos a “negros” y “productores de cítricos negros”. Y el ‘demonio’ de la UE que trunca esas expectativas y ese futuro prometedor por un afán meramente proteccionista, jalonado con palabras del tipo: “barreras”, “lidiar”, “frenar”, varados, … incluso apelando a la figura del líder activista contra el apartheid y Premio Nobel de la Paz y en favor de la inclusión racial, uniendo de este modo el tratamiento obligatorio de frío impuesto por la UE a la lucha por los derechos humanos. No tengo palabras. Mejor, sí la tengo: se llama manipulación.

Desde la temporada pasada, se requiere que las naranjas de países con ‘Falsa polilla’ (Países del continente africano, Cabo Verde, Israel, Madagascar, Mauricio, Reunión y Santa Helena) y, por lo tanto, las naranjas sudafricanas, entre otras, se envíen a la UE con un tratamiento obligatorio de frío en tránsito o cold treatment, para prevenir y mitigar el riesgo de que esta plaga, presente en Sudáfrica, se introduzca en Europa con las naranjas importadas, e incluso que pueda llegar a establecerse y propagarse. Sudáfrica impugna tanto la base científica de la norma (por injustificada) como su equidad comercial (por discriminatoria) y tales cosas llevaron al país a presentar su primera disputa comercial ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Tras la visita, la Presidencia sudafricana reiteró que Bélgica es uno de los socios económicos y exportadores más importantes del país. En 2020, Sudáfrica exportó 2.380 millones de dólares a Bélgica en sectores como diamantes, camiones de reparto, productos químicos orgánicos y fragmentos de metales preciosos. En suma, se trata de país receptor de sus recursos naturales.

Las cifras reales y la guerra de Ucrania

En el Informe Anual 2022 de la Citrus Growers Association of Southern Africa puede leerse que esta entidad recibió la aprobación del Fondo de Empleo para implementar el llamado ‘Programa de Transformación económica de los productores de cítricos negros’. El plan se ha estado implementando desde abril de 2020 hasta marzo de 2023.

Sudáfrica tiene un total de 124 citricultores negros que explotan una superficie de 7.869 hectáreas, el 7,9% de la del conjunto del país. Prácticamente no participan de la exportación, que sigue en manos de operadores blancos: acaparan 6 millones de cajas de 164,8 millones, el 3,6% del total de todo el país

En cuanto a su participación en la cadena de valor, al final de 2021, había un total de 124 citricultores negros, con 7.869 ha de cítricos de un total de 99.969 ha (el 7,9% de la superficie) y 252 ha de nuevos huertos plantados. En ese año, los productores negros exportaron alrededor de 6 millones de cajas de 15 kg (90.000 toneladas), de un total de 164,8 millones de cajas envasadas para la exportación en 2022 (2,5 millones de t), el 3,6% del total exportado, con 200.000 t adicionales de fruta vendidas en el mercado nacional de fresco. El número de productores negros que exportan ha pasado de 50 a 78.

La tensión internacional continúa al alza. Occidente sigue buscando los medios para poder poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. El último movimiento en esta dirección lo ha dado el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell. Le ha pedido a Sudáfrica que defienda la Carta de las Naciones Unidas y aproveche “sus buenas relaciones” con Moscú (la política de no alineación de Sudáfrica) para “convencer” al país ruso de “detener” el conflicto. También en ese contexto el obligatorio cold treatment impuesto por la UE ha tenido su protagonismo.

La industria sudafricana se ha visto ahora afectada por los problemas de suministro de luz del país. Y como no podía ser de otro modo, también introducen esta variable en la ecuación del cold treatment arguyendo que los cortes de suministro amenazan el cumplimiento de la nueva normativa

La industria sudafricana de cítricos se ha visto ahora afectada por los problemas de suministro de electricidad del país. Y como no podía ser de otro modo, también introducen esta variable en la ecuación del cold treatment arguyendo que los cortes de suministro eléctrico en Sudáfrica amenazan el cumplimiento de la nueva normativa de la UE sobre la ‘Falsa polilla’ en las naranjas sudafricanas y que esto podría significar que entre el 15% y el 25% de las naranjas destinadas a la UE este año tendrán que quedarse en casa o venderse en otro lugar. 

Las medidas de la UE se introdujeron en 2022 y entrarán plenamente en vigor este año. Desde su introducción, el sector sudafricano de los cítricos ha mantenido su demanda de revisión, y el asunto se encuentra actualmente ante la OMC. Sudáfrica solicitó el pasado 27 de julio abrir un procedimiento de consultas en el seno del órgano de Solución de Diferencias, primera fase del procedimiento de diferencias en la OMC.

La CGA de Sudáfrica, tal y como se ha manifestado en el Congreso que se celebra cada dos años (el CGA Citrus Summit 2023 que tuvo lugar en Gqeberha el 15 y 16 de marzo de 2023), considera que las negociaciones con la UE han llegado a un punto muerto, y ha pedido tanto al ministro de Comercio de Sudáfrica como al presidente del país, Cyril Ramaphosa, que convoquen un panel de la OMC para que se pronuncie sobre la nueva normativa. La CGA ha explicado que este paso se hace aún más crítico a raíz de los continuos cortes de carga, que hacen que la capacidad de los productores para cumplir plenamente con las nuevas regulaciones sea complicada y advierten que, para cuando la temporada de exportación de 2023 comience de manera inmediata, esto será un desafío aún mayor.

La normativa exige que todas las naranjas enviadas a la UE se preenfríen por debajo de los 2 grados centígrados y se mantengan a esa temperatura durante 20 días. Según fuentes del sector, esto es demasiado para una temporada que comienza dentro de 30 días.

Los problemas sudafricanos

Justin Chadwick, director ejecutivo de la CGA, dijo que, para cumplir la normativa, los productores tendrán que utilizar un equipo de contenedores muy costoso y especializado, que ya escasea. Chadwick avanzó que su sector “no será capaz de acomodar los enormes volúmenes de fruta exportada desde Sudáfrica a la UE”. Según sus cálculos, para lograr lo exigido por la UE “se requiere una inversión en tecnología y capacidad de almacenamiento en frío de casi 1.400 millones de rands (70 millones de euros), poniendo más presión financiera sobre los productores. Además, estos nuevos equipos no estarán operativos cuando comience la temporada a finales de mes (refiriéndose a finales del mes de marzo), lo que significa que entre el 15% y el 25% de las naranjas destinadas a la UE probablemente no se enviarán”. El directivo estimó, asimismo, que “la pérdida potencial de ingresos para los productores locales ascenderá a más de 500 millones de rands este año (25 millones de euros) y auguró que el problema se agravará “aún más por el impacto de la actual reducción de carga en la cadena de valor de los cítricos”. 

La decisión del Gobierno Sudafricano de eximir a los puertos de los cortes de energía —según lo decretado bajo el llamado Estado Nacional de Desastre— fue valorada positivamente por esta asociación pero tal cosa, según lo reiterado por Chadwick, no evitará que “los almacenes frigoríficos situados fuera de las terminales portuarias tengan dificultades para preenfriar las naranjas por debajo de 2 grados centígrados y mantener esta temperatura antes de que los contenedores entren en los puertos y sean enviados a la UE”.

Es más, siempre según Chadwick, “se ha demostrado científicamente que los nuevos requisitos son innecesarios, teniendo en cuenta el riguroso sistema de gestión de riesgos existente en Sudáfrica, que garantiza que el 99,9% de las naranjas que entran en la UE están libres de plagas: Sólo se detectaron dos interceptaciones de FCM en más de 400.000 toneladas de naranjas enviadas a la UE desde Sudáfrica en 2022”.

En realidad, los rechazos por T. leucotreta (‘Falsa polilla’) en naranjas importadas de Sudáfrica en 2022  fueron 3, 2 en naranja y 1 en mandarina. Por cierto, bastó una larva de Ceratitis para cerrar el mercado de EEUU  a nuestras exportaciones de clementina en diciembre de 2001.

Chadwick dijo que las nuevas regulaciones fueron impulsadas por las agendas políticas españolas para mantener los cítricos sudafricanos fuera de la UE. “Esto podría dar lugar a grandes brechas en la cadena de suministro global y  a precios más altos para los consumidores europeos”, subrayó. Y con el mismo tono victimista concluyó: “Si el actual punto muerto entre Sudáfrica y la UE no se resuelve antes de que comience la temporada de exportación de 2023, miles de productores locales podrían no sobrevivir, poniendo en riesgo la sostenibilidad futura de toda la industria, que mantiene más de 140.000 puestos de trabajo y aporta 40.000 millones de rands en ingresos de exportación al año”.

Fuentes de la propia industria sudafricana sugirieron que no es realista que el asunto se resuelva en el último momento, dado que no se ha hecho nada durante lo que ha sido un proceso de ocho meses. Afirmaron que lo más probable es que Sudáfrica tenga que aceptar un descenso de los volúmenes de exportación a la UE. Al mismo tiempo, señalaron que Sudáfrica no debería perder más tiempo en el proceso actual. “La vía pasa por establecer el panel y poner todo sobre la mesa, no sólo la cuestión de la normativa del FCM, sino la ‘Mancha negra’ de los cítricos (CBS) y todas las demás cuestiones que Sudáfrica tiene con la UE por las que afirma que está siendo tratada injustamente”, aclararon las mismas fuentes.

Los precedentes

No teman, ya nos tienen muy acostumbrados a sus amenazas de apelación al Sistema de Solución de Diferencias de la IPPC (Convención Internacional de Protección Fitosanitaria) y de reclamación ante el órgano de solución de disputas de la OMC en relación al Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (Acuerdo SPS o MSF). Lo han hecho en el pasado de manera continuada contra los requisitos de la UE a la importación de cítricos de terceros países en relación con el citado hongo.

Incluso en febrero de 2020 circuló entre las altas instancias de la UE una propuesta de Sudáfrica de ‘Acuerdo Win-Win’, una suerte de chantaje a la UE amenazando con un Panel en la OMC por ventaja competitiva de los productores de cítricos de la UE por el coste de los requisitos fitosanitarios impuestos a Sudáfrica por el CBS. Todo ello con el objetivo de lograr un “acuerdo negociado” [sic] consistente en rebajas arancelarias adicionales (mejoras de acceso al mercado de la UE) y, sobre todo, para conseguir el levantamiento de las medidas de emergencia (fitosanitarias) en origen debido al elevado número de interceptaciones de esta enfermedad.

Las principales citriculturas del mundo (entre ellas a la cabeza el APHIS-USDA de EEUU) han determinado que sea el cold treatment el tipo de tratamiento a aplicar, sin elección posible, cuando prevalece la ‘Falsa Polilla’, plaga de importancia cuarentenaria, en un país del que se importa. No se entendería un posible escenario futuro de un procedimiento de disputa en la OMC de Sudáfrica contra la UE una vez que la medida entre en vigor y que no se hubiera emprendido antes contra EEUU o Japón, o cualquiera de los numerosos países a los que ya exporta Sudáfrica con cold treatment por ‘Falsa polilla’ o por otras plagas, cumpliendo sin problemas y sin rasgarse las vestiduras, y que tampoco ha denunciado ante la OMC.

Desde luego, nuestra preocupación por los incumplimientos por presencia del hongo Phyllosticta citricarpa en cítricos de varios países durante la temporada de importación de hemisferio sur 2022 es también grande. Esta cuestión ha sido, de hecho, ampliamente debatida en reuniones recientes del Comité Permanente de Plantas, Alimentos y Piensos.

En 2022 se han producido un total de 193 interceptaciones de organismos nocivos en cítricos de todos los orígenes, de las cuales 83 interceptaciones fueron de ‘Mancha negra’, 28 en cítricos originarios de Sudáfrica (19 en naranja), 25 en importaciones de agrios de Argentina (17 en naranja) y 30 de otros orígenes (China 10, Zimbabue 9, Eswatini 3, Bangladesh 3, Uruguay 2, Uganda 1, Suazilandia 1 y EEUU 1).

En 2023, y hasta marzo (últimos datos disponibles), de un total de 16 interceptaciones, 3 de ellas han sido de CBS (de Zimbabue, Bangladesh y Túnez). Recuérdese que la campaña de importación de cítricos de hemisferio sur no se ha iniciado, ni por tanto el grueso de las importaciones de cítricos infectados con ‘Mancha negra’, en su gran mayoría de Sudáfrica y Argentina.

Sudáfrica viene cuestionando de forma sistemática la necesidad de las medidas fitosanitarias establecidas por la UE para evitar la entrada de P. citricarpa en importaciones de los países exportadores afectados por esta enfermedad (Zimbabue, Argentina, Brasil, Sudáfrica y Uruguay). En las parcelas destinadas a la exportación a la UE deben aplicarse tratamientos apropiados para el control de la enfermedad y es obligatorio realizar inspecciones oficiales para garantizar que los frutos recolectados no presentan síntomas del hongo. 

El informe de la EFSA y del IVIA, rotundos

El análisis de riesgos realizado por EFSA (2014) estimó que, en ausencia de estas medidas fitosanitarias específicas, la entrada de frutos infectados por P.citricarpa y los posteriores residuos generados en su procesado sería unas 10.000 veces superior a la actual. El principal argumento de Sudáfrica es que el clima de la cuenca del Mediterráneo no es favorable para el desarrollo de la enfermedad, por lo que la entrada de frutos infectados no supondría en realidad ningún riesgo. Algunos trabajos parecen avalar esta teoría (Pauly col., 2005; Yonow y col., 2013; Magarey y col., 2015). Sin embargo, el análisis de riesgos realizado por EFSA apunta en sentido contrario. En esa misma línea, otros estudios indican que la ‘Mancha negra’ apareció en Sudáfrica en unos primeros focos situados en zonas citrícolas de elevada pluviometría, pero que luego se diseminó a regiones colindantes de clima árido y seco, muy similar al de algunas zonas citrícolas de la cuenca mediterránea. Su detección en la península de Cap Bon, en Túnez, ha puesto finalmente en evidencia la capacidad de P. citricarpa para establecerse y desarrollarse epidémicamente bajo condiciones climáticas típicamente mediterráneas.

Adicionalmente, un trabajo reciente e incontestable del IVIA demuestra la idoneidad climática de la cuenca mediterránea para el desarrollo de la ‘Mancha negra’ de los cítricos. 

La enfermedad causada por Phyllosticta citricarpa tiene solución, pero con tratamientos inasumibles económica y medioambientalmente. Los fungicidas, por otra parte, constituyen la mayor parte de los pesticidas que se venden en la UE y son esenciales para el control de muchas enfermedades transmitidas por el aire, tanto en agricultura convencional como ecológica. Además, han surgido nuevas enfermedades fúngicas de las plantas asociadas con la globalización del comercio y el cambio ambiental, lo que aumenta aún más la dependencia de los agricultores de los fungicidas.

Las normativas europeas están reduciendo cada vez más el abanico de fitosanitarios clásicos que se pueden usar, con lo que, a la vez, se adolece de suficiente eficacia contra las plagas, pues a base de repetir tratamientos con los mismos formulados autorizados se generan resistencias. En el caso de los fungicidas, el problema se agrava y la reducción de los productos autorizados significa claramente tratar con los mismos grupos químicos y aparición de resistencias. En caso de enfermedades, el control biológico es anecdótico. En el caso de los fungicidas debería reducirse el uso, pero no la diversidad de productos.

Además, últimamente, los hongos han aparecido con mayor frecuencia en entornos clínicos.  En el mundo de los hongos lo que preocupa es su potencial para causar enfermedades humanas.

Nuestra citricultura puede ser víctima de la geopolítica, de la política de cooperación al desarrollo y del elevado grado de protección a Sudáfrica en el seno de la Comisión. Hasta la inclusión racial y la guerra de Ucrania podrían jugar su papel. El Gobierno español tendrá que mostrarse tan firme y contundente como ha hecho valientemente hasta ahora

Las otras amenazas

Y, entre tanto, en la Comunidad Valenciana nos enfrentamos a la gravedad de la dispersión y daños del ‘Cotonet de Sudáfrica’ y su dificultad de control. La Trioza erytreae, por su parte, continúa su dispersión en Portugal. Hablamos de un importante vector transmisor de la bacteria que causa el Huanglongbing (HLB) o enverdecimiento de los cítricos (Greening), la enfermedad más devastadora y la mayor amenaza en la actualidad para cualquier citricultura del mundo. En Israel se ha detectado por primera vez la Diaphorina citri, el otro vector de la bacteria más agresiva asociada a esta misma enfermedad del Huanglongbing (HLB). Y el listado de amenazas fitosanitarias no acaba ahí. También en Portugal se ha identificado, por primera vez, la subespecie fastidiosa de la bacteria Xylella fastidiosa en muestras positivas de plantas de cítricos, distinta a nuestra subespecie (multiplex) y que igualmente podría llegar a España. Además, el foco de Bactrocera dorsalis en Italia está bastante desatado y es más importante de lo que parecía. La entrada de este trefrítido en España podría suponer, para que nos entendamos, la llegada de otra ‘Ceratitis’ a nuestra citricultura, para la que la técnica de machos estériles desarrollada en España sería inútil, porque está diseñada para otra plaga que sí es endémica, la Ceratitis capitata. 

El panorama internacional con muchas de estas plagas y enfermedades no invita a la relajación. La Bactrocera dorsalis, además, se ha establecido en algunas regiones de Sudáfrica.  La ‘Mancha negra’ se ha reportado por primera vez en Botswana, en distritos del centro y noreste. El APHIS-USDA de EEUU ha actualizado el área de cuarentena para esta enfermedad en Florida por las nuevas detecciones confirmadas de P. citricarpa. Según una nota de emergencia sanitaria difundida por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, ya se han reportado los primeros casos de plantas con HLB en este país. A partir del 1º de abril, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de Argentina ha ordenado extender la alerta fitosanitaria para las provincias de Tucumán —mediante la Resolución 257/2023— y de Catamarca —a través de la Resolución 258/2023— publicadas en el Boletín Oficial, ante la detección del insecto ‘Chicharrita de los cítricos’ (Diaphorina citri kuwayama), vector del HLB. Con base en la solicitud de acceso al mercado presentada por el gobierno de Egipto, el pasado 27 de diciembre, el citado APHIS-USDA publicó un informe cuyo objeto es evaluar los riesgos de plagas asociados con la importación de naranja y mandarina de Egipto en este país, concretamente para el díptero trefítido Dacus ciliatus, el lepidóptero Cryptoblabes gnidiella, y los tefrítidos Bactrocera zonata y Cerattis capitata,…..

La geopolítica

Pero no, no basta con el riesgo fitosanitario probado y muy preocupante. La citricultura española puede ser de nuevo víctima de la geopolítica, de condicionantes políticos externos y de las exigencias de otra política común de la UE, de la política de cooperación al desarrollo y del elevado grado de protección a Sudáfrica en el seno de la Comisión Europea. Hasta la inclusión racial en el sector de los cítricos sudafricanos y la guerra de Ucrania podrían jugar su papel. De entre los principales cultivos de Sudáfrica, los cítricos se consideran como el gran exponente de la “integración” de la población de color y el Gobierno español tendrá que mostrarse tan firme y contundente como ha hecho valientemente hasta ahora para mantener una decisión que, para mitigar el grave riesgo que nos acecha con el único modo eficaz demostrado científicamente, endurece las condiciones de exportación de cítricos sudafricanos a la UE.

La UE tiene derecho a tomar medidas para proteger la sanidad vegetal y las medidas adoptadas para las naranjas importadas de países con ‘Falsa polilla’ son absolutamente necesarias, están justificadas, son proporcionales y completamente viables, tal y como establece el Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (Acuerdo MSF) de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Ahora queda por ver si se controla y verifica su cumplimiento, y si son suficientes para evitar los graves riesgos que se asumen. Y posteriormente habrá que extenderlas a la mandarina y el pomelo, porque también incorporan riesgos.

(*) Presidenta del Comité de Gestión de Cítricos

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