Agricultura refuerza la lucha biológica y química contra el Cotonet de Sudáfrica

Gustavo Ferrada Navidad
Deterra líder multiproducto

A la autorización excepcional del Gobierno para el uso de Metil-clorpirifos en parcelas con afectación superior al 60%, la Conselleria suma la compra y suelta de dos millones de ejemplares del depredador Cryptolaemus en 2.000 hectáreas

La adquisición y dispersión del Cryptolaemus se suma a la lucha biológica contra el Cotonet de Sudáfrica. / GVA

Raquel Fuertes. Redacción.

El Gobierno aceptaba la petición de la conselleria de Agricultura y ha autorizado el uso excepcional, entre el 30 de agosto y el 27 de diciembre, del Metil-clorpirifos para frenar la expansión del Cotonet de Sudáfrica (Delettococcus aberiae) en las parcelas con una afectación superior al 60%. Después de realizar la prospección en más de 80 municipios afectados por esta plaga, se ha detectado que unas 2.200 hectáreas cumplen este requisito y que, por tanto, podrán acogerse a la autorización excepcional que la Conselleria pidió al Gobierno para poder hacer uso de esta materia activa, prohibida en la UE desde junio de 2020, en estas parcelas dado que es el tratamiento que, hasta la fecha, permite frenar el avance de la plaga cuando la afectación adquiere tales dimensiones.

Esta plaga se ha convertido en los últimos tiempos en una de las principales preocupaciones para los citricultores valencianos, sobre todo de las comarcas del norte de Valencia y del sur de Castellón. Presente en nuestro país desde 2009, la lucha biológica es la herramienta prioritaria en la lucha contra el avance del Cotonet de Sudáfrica, pero ante el avance de los últimos meses este refuerzo se hace necesario para frenar la expansión de la población tomando todas las medidas necesarias para no poner en riesgo en ningún momento la seguridad alimentaria.

Roger Llanes, secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, resalta que “respecto al uso excepcional de la sustancia activa Metil-clorpirifos quiero destacar que se va a realizar con todas las garantías, puesto que de la aplicación del producto van a encargarse los propios técnicos de la Conselleria y única exclusivamente en aquellas parcelas donde el nivel de incidencia sea muy elevado, porque de lo que se trata es de actuar en aquellas zonas más castigadas para frenar el avance de la plaga de la manera más eficaz posible. Además, en este sentido, hay que destacar igualmente que la fruta de las parcelas tratadas con este producto no podrá ser destinadas bajo ningún concepto al consumo humano o animal. Es, por tanto, una medida de choque excepcional que se aplicará entre el 30 de agosto y el 27 de diciembre”. En este sentido, los productores firmarán una declaración responsable con la que se garantiza que ningún fruto de las parcelas tratadas pase a la cadena alimentaria.

Esta medida de choque se aplicará por los propios técnicos de la Conselleria y, por el momento, sobre las 2.200 hectáreas susceptibles de acogerse al tratamiento si lo solicitan los propietarios de las parcelas. Tras la prospección, su distribución por comarcas es la siguiente: 540 ha en Plana Alta, 920 ha en Plana Baixa, 666 ha en Camp de Morvedre y 100 ha en Horta Nord. En cualquier caso, según fuentes de la Conselleria, el posible tratamiento no es privativo de las comarcas más afectadas sino que “si un agricultor acredita que en su parcela hay daños superiores al 60% también puede acogerse al tratamiento con Metil-clorpirifos”.

Roger Llanes mostraba su satisfacción ante esta autorización que complementa la lucha biológica contra una plaga que cada vez afecta más a los agricultores valencianos: “Se trata de una excelente noticia que va a permitirnos reforzar tanto las medidas de lucha contra el Cotonet que ya veníamos aplicando mediante la suelta del parasitoide Anagyrus y el reparto de trampas con feromonas, como las nuevas acciones de bioseguridad e higiene en parcelas y almacenes que vamos a poner en marcha dentro del plan complementario que estamos desarrollando para hacer frente a la plaga con todos los medios a nuestro alcance. El compromiso, la implicación y el esfuerzo político y presupuestario de la Generalitat para combatir el Cotonet está fuera de toda duda”.

Refuerzo biológico: Cryptolaemus

Coincidiendo prácticamente con la entrada en vigor de la autorización excepcional, la conselleria de Agricultura aprobaba una declaración de emergencia para reforzar las medidas de lucha contra el Cotonet de Sudáfrica que incluye la compra y suelta masiva en los huertos de cítricos de la Comunitat Valenciana del depredador Cryptolaemus montrouzieri. Al respecto Llanes destaca que por el momento se han adquirido dos millones de ejemplares para iniciar su dispersión en unas 2.000 ha de cultivo.

El rasgo que hace recomendable y eficaz la apuesta por el depredador Cryptoleamus es su condición más generalista, respecto al Anagyrus, a la hora de atacar a los cotonets, ya que no solo se alimenta del Delottococcus, sino también del resto de familias de cotonets existentes y que resultan dañinos para otras especies vegetales como el caqui.

“Además, —tal como apunta Roger Llanes— a diferencia del Anagyrus, que actúa contra el Cotonet de Sudáfrica parasitándolo, a través de la puesta de sus huevos en el interior del insecto, el Cryptoleamus es un depredador que lo devora directamente y, por eso mismo, constituye un complemente perfecto en el combate contra la plaga”. Llanes resalta que “ahora mismo estamos buscando nuevos parasitoides y depredadores en Sudáfrica para importarlos e incorporarlos a la lucha”, al tiempo que destaca que “entre las medidas contra el Cotonet ya hemos repartido entre los agricultores más de 1,7 millones de trampas con feromonas que nos permiten cubrir una superficie de más de 7.640 ha”.

Junto a la adquisición de este nuevo depredador, la conselleria de Agricultura acaba de aprobar también la declaración de utilidad pública en la lucha contra el Cotonet en la que se incluyen toda una serie de acciones adicionales para potenciar la eficacia del programa contra la plaga. Destacan las destinadas a la mejora de la bioseguridad e higiene con la desinfección de los distintos materiales y herramientas de uso agrario que se suma al tratamiento excepcional a través de Metil-clorpirifos.

Más de 5 millones de presupuesto

De este modo, la Conselleria liderada por Mireia Mollà suma nuevas iniciativas al plan de acciones contra esta plaga que preocupa a los citricultores valencianos. La adquisición y dispersión del Cryptolaemus montrouzieri complementa y se suma al apartado correspondiente a la lucha biológica protagonizado por el parasitoide Anagyrus aberiae. Los servicios técnicos de la Conselleria han efectuado hasta el momento 255 sueltas a lo largo de 41 municipios distribuidos en 12 comarcas. El secretario autonómico de explica que “hemos adquirido dos millones de ejemplares de Cryptoleamus. El presupuesto asignado para sufragar esta medida asciende a unos 300.000 euros”.

Sobre el presupuesto asignado a la lucha integral contra esta plaga el director general de Agricultura, Pesca y Alimentación, Antonio Quintana, resalta que “el esfuerzo presupuestario que está realizando la Generalitat para hacer frente a este problema asciende, solo este año, a más de 5,5 millones de euros, una cifra muy importante que habla bien a las claras del compromiso de esta conselleria en defensa del sector y de los agricultores valencianos”.

Antonio Quintana destacaba que el objetivo de este año es “bajar población de Cotonet para garantizar que, en los años siguientes, con el uso de los medios autorizados y la lucha biológica, no haya esas afectaciones sobre la producción” y considera que el acuerdo alcanzado ha sido recogido “con satisfacción” por todas las partes y espera que el plan de actuación logre el objetivo que se han marcado frente a esta plaga que amenaza la citricultura valenciana.

La conselleria de Agricultura está estudiando en estos días las ayudas que se asignarán a los agricultores que pierdan su cosecha, total o parcialmente, por motivo de esta plaga y de sus tratamientos de control con la finalidad de colaborar al control de la misma con el menor impacto económico posible para los citricultores.

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