La prórroga del acuerdo para la exportación de cereales de Ucrania por vía marítima ha rebajado tensiones comerciales
MS. Efeagro.
La prórroga del acuerdo para la exportación de cereales de Ucrania por vía marítima ha tenido un impacto positivo en los mercados del Mediterráneo y ha rebajado los precios, según los datos presentados ayer por la red de información formada por trece países y coordinada por Ciheam.
Responsables de la red de información sobre los mercados de cereales, coordinada por el Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (Ciheam) y presidida por España, han constatado, en una rueda de prensa híbrida (presencial desde Zaragoza y virtual), que la prolongación de dicho acuerdo ha rebajado tensiones comerciales. Se trata del pacto alcanzado entre Rusia, Ucrania y con la mediación de la ONU y de Turquía, en vigor cuatro meses más, y cuya prórroga “han agradecido los mercados”, ha subrayado el secretario general de Agricultura, Fernando Miranda.
Asimismo, la subdirectora de Ciheam en Montpellier (Francia), Elen Lemaître-Curri, ha recalcado que cuando se suscribió la prórroga los precios bajaron automáticamente, si bien ha reconocido que aunque las cotizaciones del cereal son altas están por debajo de los “picos” registrados en mayo o junio a causa de la guerra de Ucrania.
La red engloba trece países entre los que figuran exportadores e importadores como España, deficitario en grano, cliente del maíz de Ucrania y la nación más beneficiada del acuerdo.
España importa 15 millones de toneladas de cereales al año y entre seis o siete millones de toneladas de oleaginosas, materias primas fundamentales para los piensos y para la ganadería, ha recordado Fernando Miranda, además de recalcar que la sequía de este año, en Europa y Estados Unidos, ha mermado también la oferta. El secretario general de Agricultura ha recalcado que no hay problema de abastecimiento de cereales en la Unión Europea pero ha admitido que en otros países importadores puede haber más problemas.
Por ejemplo, durante la reunión de la red celebrada ayer en Zaragoza se ha constatado que Marruecos se ha visto muy afectado por la sequía este año y figura entre los países que podrían afrontar condiciones difíciles para la próxima campaña.
Seguridad alimentaria
Por su parte, el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Aragón, Joaquín Olona, ha remarcado que la guerra ha probado que “no está tan resuelta la seguridad alimentaria como creíamos antes de la pandemia”, si bien durante la COVID-19 se comprobó la “robustez” de la cadena alimentaria.
“El reto es que la alimentación sea asequible cuando los mercados mundiales entran en la distorsión que tenemos ahora (…)”, ha subrayado Olona, quien también se ha referido a las dificultades en la ganadería y por los costes de producción del campo español.
El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Aragón ha defendido, además, que las comunidades autónomas dispongan de información y a su vez faciliten datos, para orientar mejor las decisiones que afectan al presupuesto de la Política Agrícola Común (PAC).
Respecto a la perspectiva para los próximos meses, los representantes de la red han advertido de que la situación es “volátil” si bien Fernando Miranda ha confiado en que el acuerdo redunde en “una estabilidad de precios” de las materias primas.
Por otra parte, se ha referido al encarecimiento de los fertilizantes y ha asegurado que se ha superado la época “más complicada” de precios del gas natural, con lo que si se consigue que se reanude la producción europea de abonos nitrogenados y fosfatados “se suavizarán” los precios.
Volatilidad
En su intervención, Fernando Miranda ha indicado que la pandemia de la COVID-19 y la actual crisis energética, derivada de la invasión rusa de Ucrania, está incrementando la volatilidad de las cotizaciones de las materias primas, que está poniendo en dificultades el abastecimiento. Ante esta situación, Miranda ha expresado la necesidad de llevar a cabo un seguimiento reforzado del funcionamiento de los mercados para poder adoptar las medidas más oportunas.
Además de esta situación coyuntural, el secretario general ha apuntado que la seguridad alimentaria se ve amenazada también por el cambio climático, con efectos muy evidentes en el área mediterránea, como los episodios recurrentes de sequía o la subida del nivel del mar. En este escenario, Miranda ha señalado que las iniciativas que se pongan en marcha deben promover un uso más eficiente del agua y de las energías renovables, y la aplicación de nuevas tecnologías que optimicen la productividad de los cultivos, mediante la aplicación de técnicas agronómicas que sean más sostenibles y, al mismo tiempo, permitan una mayor rentabilidad de las explotaciones.
Para el secretario general, el trabajo coordinado de la red MED-Amin, el intercambio de conocimiento y experiencias, y el fortalecimiento de los mecanismos de anticipación a las situaciones adversas, deben contribuir a resolver de manera más eficaz estos desafíos. En este contexto, ha recalcado que España tendrá muy presente estos aspectos en el desarrollo de su trabajo como país que ostentará la Presidencia del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023.