Según el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado y el secretario general de La Unió, Carles Peris, las soluciones por las que apuestan no son “intervencionismo” y afirman que existen políticas a nivel europeo que van dirigidas a proteger a los insectos polinizadores

AVA y La Unió señalan que hay políticas a nivel europeo que van dirigidas a proteger los insectos polinizadores. / ARCHIVO
Cristóbal Aguado y Carles Peris (*)
El artículo de la presidenta del Comité de Gestión de Cítricos (CGC), Inmaculada Sanfeliu, publicado en Valencia Fruits el pasado 14 de junio bajo el título “La ‘cara oculta’ de la abeja melífera sobre el ecosistema’ nos produjo una sensación desagradablemente similar a la que te asalta cuando estás comiendo una mandarina y los dientes tropiezan con ‘pinyols’ que no deberían estar. Sus críticas a las soluciones propuestas por AVA-Asaja, La Unió y las cooperativas, y encaminadas a que la Conselleria de Agricultura acabe de una vez por todas con el conflicto de la ‘pinyolà’ no nos parecen acertadas ni en la forma ni en el fondo.
“El artículo ‘La cara oculta de la abeja melífera sobre el ecosistema’ nos produjo una sensación desagradablemente similar a la que te asalta cuando estás comiendo una mandarina y los dientes tropiezan con ‘pinyols’ que no deberían estar”
En primer lugar, el CGC se atribuye en este artículo una representación que no tiene. La producción de cítricos ocurre en los campos, los campos son de los agricultores y los agricultores están representados por las organizaciones agrarias, no por asociaciones de comerciantes. Si alguna persona del CGC quiere hablar en representación de los productores, tiene dos posibilidades: o se asocia a las organizaciones agrarias ya existentes, desde las cuales podrán canalizar sus reivindicaciones, o crea otra nueva para defender a todos los productores, no solo a unos contra otros. En el artículo incluso Inmaculada hace suyas demandas en nombre del “sector citrícola”, cuando el CGC no representa ni siquiera a todo el comercio y menos aún a los citricultores.
Como Inmaculada no acaba de entenderlo, se pregunta con curiosidad “en qué lado de la mesa se sentarán los sindicatos agrarios y las cooperativas: ¿en el lado de los apicultores o en el de los citricultores?”. Le contestamos que nosotros no vamos a tener que elegir. Por dos razones. Porque representamos a los apicultores y a los citricultores. Y porque hemos buscado soluciones para los apicultores y para los citricultores. Unas soluciones de futuro que incluyen derechos y obligaciones a apicultores y a citricultores. De ninguna manera vamos a volver a caer en el absurdo de alinearnos en una parte contra la otra. Dice Inmaculada que le resulta “inimaginable defender los dos intereses a la vez”. Pues bien, basta con más imaginación y altura de miras para resolver problemas, ya que lo contrario solo los enquista o agrava.
En febrero, antes de que la Conselleria de Agricultura tomara una decisión sobre la ‘pinyolà’, Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana invitó a La Unió, AVA-Asaja y el CGC a una reunión interna de negociación. Hubo tres posiciones, dos muy distantes (La Unió-AVA-Asaja y el CGC) y otra intermedia (Cooperatives). El encuentro finalizó sin llegar a ningún tipo de acuerdo, pero con el compromiso de que, en unos días, cada parte reflexionara intentando explorar la posibilidad de suscribir un documento conjunto. A la salida de la reunión, nos encontramos con la sorpresa de que el CGC, por su cuenta, había convocado a medios de comunicación para que hiciéramos declaraciones pensamos que con la finalidad de presionar públicamente en medio de un proceso negociador, mostrando una actitud desleal hacia unos representantes del sector con los que se reúnen habitualmente. Posteriormente, alcanzamos un consenso LA UNIÓ, AVA-ASAJA y Cooperatives al que el CGC no quiso sumarse. Teniendo poco que decir, el CGC demostró una actitud poco seria y proclive a mejorar las relaciones en beneficio de la agricultura valenciana.
Las soluciones por las que apostamos no son “intervencionismo”. Una cosa es intervenir y otra regular. Cuando hay un conflicto, se regula. Eso es lo razonable. En ningún momento nos opusimos al Decreto de la ‘pinyolà’, lo que hemos querido es empezar una solución transitoria. De la misma manera que los citricultores deberán cumplir unas normas, los apicultores también tendrán las suyas. Proponemos medidas que durante los próximos años la Conselleria de Agricultura deberá subsanar con un presupuesto suficiente con la finalidad de evitar la ‘pinyolà’ sí o sí y, al mismo tiempo, fomentar la máxima libertad posible a los asentamientos de colmenas.
“Las soluciones por las que apostamos no son “intervencionismo”. Una cosa es intervenir y otra regular. Cuando hay un conflicto, se regula. Eso es lo razonable”
Dice la presidenta del CGC que queremos limitar variedades citrícolas que pueden ser susceptibles a polinización, o provocarla, mientras en otras regiones españolas u otros países competidores no se limitan. No es por nada, pero en los últimos años las variedades que están saliendo al mercado con mayor interés comercial son precisamente las que no son susceptibles a polinización. Vamos a lo mejor, y lo mejor es sin ‘pinyol’. Tal como la propia Inmaculada reconoce en otro párrafo de su artículo: “La ausencia de semillas se identifica claramente por el consumidor como factor de calidad”. Si ella misma lo defiende, no tenemos más que objetar.
En cuanto a la crítica velada que Inmaculada lanza a la herramienta de la Conselleria de Agricultura para geolocalizar las parcelas con variedades susceptibles a polinización, queremos dejar claro que consideramos buenísima esta herramienta no solo para este objeto, sino también para disponer de datos actualizados con los que tomar decisiones más precisas en el futuro, tanto en la citricultura como en la apicultura.
Posiblemente hay asuntos sobre las abejas melíferas que están por estudiar, pero en estos momentos hay unas políticas a nivel europeo que van dirigidas inequívocamente a proteger los insectos polinizadores en defensa de la biodiversidad y el medio ambiente. Y nuestras propuestas van por ese camino, no por otro. Mejor actuar ahora con el volante en las manos que sufrir después la imposición de una normativa que pueda comportar más accidentes para la convivencia entre las actividades citrícolas y apícolas.
Por el momento, y como pistas para el CGC, destacamos entre el caudal de políticas favorables a las abejas la Estrategia Nacional para la Conservación de los Polinizadores (aprobada en 2020), el estudio de la EFSA ‘Un enfoque basado en sistemas para la evaluación de riesgo ambientales de múltiples factores estresantes en las abejas melíferas’ (2021), la Comunicación de la Comisión Europea sobre la salud de las abejas (2010) o el Reglamento (UE) 2016/429 del Parlamento Europeo y del Consejo (2016), completado a su vez por el Reglamento Delegado (UE) 2020/692 de la Comisión (2020).
En fin, lamentamos esta posición decimonónica del CGC que, en lugar de encarar el futuro, se ancla en el pasado. Tenemos una oportunidad de dejar atrás tres décadas de conflicto, actuar como el sector citrícola de referencia mundial que somos y atender las demandas de la sociedad que prefieren cítricos sin semillas y campos con toda la fauna útil en la que incluimos, naturalmente, las abejas.
“Tenemos una oportunidad de dejar atrás tres décadas de conflicto, actuar como el sector citrícola de referencia mundial que somos y atender las demandas de la sociedad que prefiere cítricos sin semillas y campos con toda la fauna útil, incluidas las abejas”