Con una previsión de 500.000 toneladas, la producción comunitaria pierde un 7 por ciento respecto al año pasado debido a un tiempo ‘caprichoso’
Nerea Rodríguez. Redacción.
El año 2021 fue excepcional para la producción de albaricoque en Europa. Las heladas que afectaron a todas las cuencas de producción provocaron pérdidas muy importantes y la producción europea cayó por debajo de la barrera de las 400.000 toneladas. En los últimos 30 años, un nivel de producción tan bajo sólo se había observado en tres ocasiones, en 2003, 1998 y 1995.
En 2022, las heladas volvieron a estar presentes desde marzo en Grecia e Italia y a principios de abril en Francia y sobre todo en España, que fue el país más afectado.
Este año se han registrado algunas heladas en Grecia y el norte de Italia, y se ha producido cierta caída de yemas debido a la falta de frío invernal, sobre todo en la Región de Murcia. El tiempo ha sido caprichoso en las últimas semanas, con bruscos saltos de temperatura.
Con estos precedentes, la previsión de cosecha de albaricoque este año en Europa se ha cifrado en torno a las 500.000 toneladas. Volumen que representa un descenso del 7% respecto a 2022 y también del 7% respecto a la media de 2017/2021.
Tras dos años muy deficitarios de 2020 y 2021 de unas 400.000 toneladas; 2022 y 2023 son años medios de unas 500/550.000 toneladas, pero muy por debajo de 2017 o 2019 cuando la producción rondó las 650.000 toneladas.
Las bajas temperaturas registradas desde enero han retrasado, en general, la floración y, por tanto, han pospuesto ligeramente el inicio de la cosecha en muchas zonas productoras. También habrá que seguir de cerca los efectos de la sequía, que ha hecho estragos en casi todas partes, sobre todo en España y en el sureste de Francia. Los efectos de esta sequía sobre la producción aún no son visibles en esta fase y, por tanto, no pueden tenerse en cuenta en estas primeras previsiones.
A ambos lados de los Pirineos, los productores esperan que la situación, actualmente muy preocupante, cambie favorablemente en las próximas semanas.
Este es el análisis general que ha realizado Eric Hostalnou, responsable del Servicio ‘Frutas y Hortalizas’ de la Cámara de Agricultura de Pirineos Orientales, y el encargado de presentar estas previsiones en el marco de la feria Medfel, celebrada la pasada semana en Perpignan.
Italia
El ‘Bel paese’ se mantiene como primer productor de albaricoque en Europa, con una previsión de cosecha para 2023 de 203.000 toneladas.
Tras dos años deficitarios en 2020 y 2021, el año pasado las heladas perdonaron la vida a la producción italiana de albaricoque, que alcanzó las 275.000 toneladas. Este año, en cambio, se prevé que la producción descienda a 203.000 toneladas. Esto supone un déficit del 26% respecto a 2022 y del 13% respecto a la media de 2017/2021.
Esta caída de producción se debe a las heladas, sobre todo en las zonas llanas del valle del Po, a los picos de temperatura durante la floración, a una cierta alternancia en la producción vinculada a la fuerte carga de los árboles el año pasado, y a la sequía.
Desde CSO Italia, su directora, Elisa Macchi apunta, sobre las previsiones presentadas en Medfel, que son “una primera elaboración”, y que la incertidumbre climática actual, que afecta a toda la península, y la gran variabilidad “conducen a una situación evolutiva que habrá que seguir de cerca”.
En cuanto a la superficie, Italia continúa registrando un ligero descenso (–4% respecto a 2022), una realidad que se repite desde hace varios años y está ligada a un menor ritmo de plantación.
En lo que respecta a la evolución de los frutos, se observa un retraso en la maduración de algunos días en comparación al año pasado en las regiones del sur de Italia, mientras que las regiones del norte se encuentran en fechas similares a las del año pasado.
Francia
Nuestro país vecino sigue ocupando el segundo puesto en el ranking de los mayores productores de albaricoque en Europa. Tras dos años muy malos en 2020 y 2021 debido sobre todo a las heladas, la producción francesa de albaricoque volvió a niveles más satisfactorios en 2022 con 123.000 toneladas cosechadas.
De cara a la temporada 2023, no se han registrado heladas significativas en las principales cuencas productoras de albaricoque y se espera que la producción gala se sitúe en torno a las 125.000 toneladas, lo que supone un aumento del 2% respecto a 2022 y del 16% respecto a la media de 2017/2021.
El tiempo caprichoso de las últimas semanas y la disminución continua de la superficie explican por qué la ‘huerta’ francesa ya no alcanza las 150.000 toneladas y más que tenía en 2017, 2015, etc….
Sobre la evolución de las plantaciones, la vuelta del frío a partir de mediados de enero ha retrasado la floración y las cifras de previsión de cosecha podrían cambiar en función de la evolución de los frutos pequeños.
También hay que señalar la complicada situación de algunas cuencas de producción con respecto a la sequía, en particular la región del Roussillon donde ya se han impuesto restricciones al riego.
Desde la DOP Melocotones y Albaricoques de Francia, su presidente, Bruno Darnaud apunta al respecto que en esta fase de producción todavía “no es posible estimar las pérdidas potenciales vinculadas a este fenómeno climático”.
Entre las particularidades de la cosecha francesa, Darnaud explica que son producciones que tienen como destino comercial su propio mercado interior. “Nuestros albaricoques se dirigen principalmente al mercado francés, pero con un calendario mucho menos concentrado, gracias a las nuevas variedades, para así ocupar un espacio más amplio”. El presidente de la DOP confirma que los primeros albaricoques nacionales de la temporada estarán disponibles “a partir del 15 de mayo hasta finales de agosto”, y según las primeras estimaciones habrá “un menor número de frutos que el año pasado, y esto se traducirá sin duda en un mayor calibre”.
España
El albaricoque es una de las frutas que mayores retos ha planteado a los productores españoles de fruta de hueso. De hecho, es el país que ha demostrado una mayor dinámica en los últimos años en la búsqueda de nuevas variedades, intentando superar la hegemonía del Búlida, que si bien ha dado muchas alegrías en el pasado, a día de hoy está perdiendo fuerza ante nuevas variedades más acordes a los nuevos gustos de los consumidores europeos. Así las cosas, España lleva años apostando por las denominadas “variedades francesas”, orientadas exclusivamente al mercado en fresco y la exportación. Esta estrategia ha permitido a la producción española hacerse un hueco en los mercados europeos en detrimento de la producción italiana y francesa, ocupando así el tercer puesto en el ranking.
A pesar de este dinamismo, lo cierto es que España lleva ya cuatro campañas en las que no ha podido expresar plenamente su potencial productivo debido a episodios de heladas, granizo, intensas lluvias… El último revés fue el año pasado con las fuertes heladas registradas en Cataluña y Aragón, y que echaron a perder la gran parte de la cosecha de fruta de hueso. En Albaricoque, la producción fue de 65.000 toneladas, una de las más bajas de los últimos años. En la presente temporada, hasta el momento, no se han registrado heladas importantes, pero el invierno ha sido raro. En general ha sido suave en temperaturas, incluso con déficit de frío en algunas regiones, pero que luego al final, la llegada repentina de frío y alternancia de temperaturas ha penalizado la carga de fruta en árbol.
Así pues, con casi 99.000 toneladas de producción previstas en 2023, la cosecha española se sitúa un 52% por encima del déficit del año pasado, pero un 16% por debajo de la media 2013/2017. Hay que remontarse a 2017 o 2018 para ver el potencial de producción español, que ronda entre 130.000 y 150.000 toneladas.
Grecia
Ocupando el cuarto puesto del ranking de los principales productores de albaricoque en Europa tenemos a Grecia que con una previsión de cosecha de 76.000 toneladas, presenta una temporada muy similar al año pasado.
En 2022, la producción griega de albaricoques alcanzó las 75.000 toneladas, un 36% más que el año 2021 —muy deficitario— y cerca del nivel medio de la producción griega de 2016-2021. Los precios obtenidos por los productores fueron correctos, pero no pudieron compensar la pérdida de volumen en comparación con un año normal, que se sitúa en torno a las 105.000 toneladas.
Este año la situación es la misma que en 2022. Según avanza Georges Kantzios de Coop ASEPOP, “la producción debería alcanzar las 76.000 toneladas, el mismo volumen que en 2022, pero aún por debajo de nuestro potencial óptimo”.
El invierno de 2022/2023 ha sido suave e incluso cálido para los datos climáticos griegos, y este cambio ha afectado a las variedades tempranas, que son las que presentan un déficit productivo —tanto en el sur de Grecia (Peloponeso) como en el norte (Veria, Calcídica)—. Las variedades tardías, por el contrario, no parecen estar afectadas. Otro problema emergente pero que cada año se acentúa más, según Kantzios, es “la falta de mano de obra para recolectar la fruta y realizar los trabajos necesarios en el huerto”.
En resumen, Grecia espera una cosecha similar al 2022, 76.000 toneladas, un 30% por debajo de un año normal y un 6% por debajo de la media 2017/2021.
Acceso íntegro al ejemplar de Valencia Fruits.
Acceso íntegro al último ejemplar de Valencia Fruits.