Las protestas comprometen la libre circulación de mercancías españolas en Francia

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El sector hortofrutícola español comparte las reivindicaciones del sector agrario francés, pero rechaza los actos que impiden el tránsito y dañan los productos

Los agricultores franceses bloquean las principales carreteras de entrada al país. / Michel Clementz / L’independant

Julia Luz. Redacción.

Las manifestaciones de los agricultores franceses han empezado afectar a la circulación de camiones de frutas y hortalizas procedentes de España. En algunos casos, incluso, se ha llegado a destruir el producto.

El sector productor y exportador hortofrutícola agrupado en Fepex ha rechazado todos estos actos que comprometen el comercio y las producciones españolas, si bien “entiende el malestar de los agricultores franceses y comparte gran parte de sus reivindicaciones, como la falta de coherencia entre la política agraria y la política comercial ante la necesidad de que haya una reflexión real sobre la soberanía alimentaria del continente”.

Desde Proexport cuentan a Valencia Fruits que varios productores que tenían camiones cruzando la frontera con Francia —aunque su destino no era el país galo— han sufrido estos altercados e incluso algunos han visto cómo destrozaban la mercancía. Destacan, además, que estos los productores sufren estos incidentes doblemente, primero por el destrozo de su mercancía y porque los seguros no cubren los actos vandálicos. “Un desastre que, como siempre, nos afecta a los que producimos y comercializamos en lo que se supone que es un territorio de libre tránsito y movimiento de mercancías y personas”, explican.

El incidente es doble, pues además de perder el producto, los seguros agrarios no cubren los actos vandálicos

“No juzgamos los elementos que activan esta manifestación… son cuestiones que podemos compartir y que, de hecho, compartimos en gran medida, pero rechazamos el modo de protesta utilizado”

No obstante, han subrayado que “no juzgamos los elementos que activan esta protesta en Francia y en otros países de Europa. Son cuestiones que podemos compartir y que, de hecho, compartimos en gran medida”. El malestar que estos incidentes han generado en el sector español  es por “el modo de protesta utilizado. No puede ser que quien desea un mayor grado de libertad y competitividad para el sector agrario se dedique a protestar destruyendo mercancía de ese mismo sector del país vecino y hermano o de los agricultores españoles que están comercializando hacia otros países”, continúan.

En busca de apoyo institucional

El sector productos y exportados ha dirigido una carta al ministro de Agricultura, Luis Planas, solicitando su apoyo ante las autoridades competentes nacionales y comunitarias para que se aplique lo previsto en el Reglamento 2679/98 del Consejo de 7 de diciembre de 1998 sobre el funcionamiento del mercado interior en relación con la libre circulación de mercancías entre los Estados miembros y  se inste al Gobierno francés a adoptar todas las medidas necesarias para restablecer el libre tránsito de mercancías en su territorio.

La asociación de fabricantes y distribuidores del gran consumo, Aecoc, también ha solicitado al Gobierno español “que inste al ejecutivo francés a tomar medidas urgentes para evitar las incidencias que últimamente se registran en la frontera francesa y en otras vías claves del país”. “Estos episodios ponen en riesgo la seguridad de los conductores y la fluidez de las operaciones comerciales entre Francia y España, así como hacia otros países europeos”, ha expresado Aecoc en un comunicado.

Planas ha calidicado de “inaceptables” los ataques y afirma que “estos hechos rompen el principio mismo de la libre circulación en el marco del mercado”

Planas, por su parte, ha calificado de “inaceptables” los ataques que se han llevado a cabo contra camiones españoles en Francia. El ministro ha señalado que respeta plenamente “el derecho de manifestación y el derecho de expresar libremente la opinión”, pero siempre que se lleve a cabo “con respeto y pacíficamente, no con medios violentos y con la coacción”. “Estos hechos rompen el principio mismo de la libre circulación en el marco del mercado”, ha continuado.

Impacto en cifras

Aunque aún no se pueden cuantificar las pérdidas por estos altercados, cabe destacar que enero es uno de los meses con mayores volúmenes de exportación, siendo Francia el segundo destino de las exportaciones españolas pero también el lugar de tránsito hacia otros mercados, pues aproximadamente 20.000 camiones españoles cruzan a diario la frontera entre España y Francia, un flujo que ha desde Aecoc califican como “esencial” para las operaciones comerciales entre ambos países.

Arrancan las protestas en España

En España, los responsables de los principales sindicatos agrarios, Asaja, COAG y UPA, han confirmado que en estos momentos no tienen un calendario nacional de movilizaciones y, con distintos matices, que están evaluando las de otros países porque comprenden el descontento de los agricultores con las políticas comunitarias. Incluso están en contacto para examinar la posibilidad de acciones conjuntas entre los tres, pero no se decidirá hasta febrero.

Sin embargo, parece que las protestas arrancan con una “hoguera del vino” en Utiel-Requena. Cientos de agricultores de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) y otras organizaciones agrarias y cooperativas de la comarca han realizado esta hoguera contra “el plan preconcebido de Bruselas para matarnos a los agricultores y ganaderos europeos y sustituirnos por las importaciones procedentes de países terceros que tienen los mismos derechos que los Estados Miembros pero no tienen las mismas obligaciones laborales, fiscales, fitosanitarias o medioambientales”, tal como ha asegurado el presidente de la Asociación, Cristóbal Aguado.

Respecto a los altercados en Francia, AVA-Asaja ha pedido a las autoridades españolas y francesas que protejan las producciones agroalimentarias españolas que atraviesan las carreteras francesas. Aguado ha recordado que “los agricultores y ganaderos españoles cumplimos las mismas normativas europeas que los franceses y, por tanto, no somos una competencia desleal como sí lo son las importaciones que llegan de países terceros. El sector agrario europeo ha de mantenerse unido contra nuestros enemigos comunes: los políticos comunitarios que no pisan tierra, que se mueven por un ecologismo filosófico y radical, y que parece que quieran expulsarnos para dejar espacio a los alimentos de fuera”.