La Xylella fastidiosa, de extenderse por España, podría producir pérdidas de 5,5 billones de euros al año en ámbitos económicos, sociales y medioambientales
Efeagro.
Sesenta investigadores de 13 centros españoles y tres extranjeros han estudiado durante cuatro años y medio el desarrollo de la Xylella fastidiosa, que se detectó en 2013 en la zona de Gallipoli (Italia) y que amenaza a 25 millones de olivos, con el objetivo de contrarrestar un posible ataque en España.
Las consecuencias de una situación similar a la italiana podría producir pérdidas por 5,5 billones de euros al año en los ámbitos económicos, sociales y medioambientales.
Así lo ha puesto de manifiesto la investigadora del Instituto de Agricultura Sostenible del Centro Superior de Investigaciones Científicas y una de las coordinadoras del Proyecto la Agencia Española de Investigación AEI y del Contrato-Interprofesional, Blanca Landa.
En la primera de las ponencias de la jornada de presentación del proyecto de incestigación ‘Desarrollo de estrategias de erradicación, contención y control de Xylella fastidiosa en España’, que tiene lugar en Córdoba, Landa ha destacado que hay seiscientas especies vegetales susceptibles de verse infectadas por la Xylella fastidiosa, con una especial incidencia en el olivo, la vid y el almendro.
La investigación, iniciada en 2017 y financiada por la Agencia Estatal de Investigación, a través del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA) y la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, ha desvelado que desde que se detectaron los primeros focos de la bacteria en olivos de Mallorca, en 2016, y de Alicante, en 2017, se ha constatado que hay tres subespecie de la Xylella fastidiosa.
Uno de los datos en los que la investigadora puso más énfasis es que el tipo de bacteria no es la misma la que está presente en las Islas Baleares, con tres subespecies, y en Alicante, con un una, y que en el caso insular la afectación se encuentra detenida, en un 16 por ciento de la superficie en Ibiza y en 5,4 por ciento en Mallorca.
En cambio, en Italia la propagación avanza por su península, en contra de lo que se había pensado en un principio, por lo que uno de los objetivos de la investigación, que ha producido diez tesis doctorales y doce publicaciones en revistas científicas, es determinar a qué zonas acudir en caso de que la bacteria se detecte, ya que se ha concretado cuáles son los factores que facilitan su difusión, por lo que ya se conocen las comarcas de más riesgo.
Otro de los elementos que han resultado de estos cuatro años y medio de trabajo es la optimización de los programas de vigilancia epidemológica, debido a que se han rebajado a 2.200 las muestras necesarias desde las 17.000 de los programas oficiales.
Blanca Landa ha advertido sobre los investigadores que anuncian logros en la respuesta a la Xylella fastidiosa cuando la bacteria tarda hasta cuatro años en desarrollar síntomas en la planta en campo y hasta dos en laboratorio.
Por último, ha mostrado su preocupación sobre la expansión de la enfermedad por Europa, con su llegada reciente al Algarve, en Portugal, y a la detección de focos en otros países europeos en los últimos cuatro años.
Mientras que para la consejera técnica del INIA, María Tello, el interés del estudio está en el riesgo potencial de la expansión que ocurriera en España lo que está sucediendo desde 2013 en Italia, el otro coordinador de la investigación, Antonio Vicent, del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, subrayó “la necesidad urgente de formar gente joven” para afrontar futuros trabajos en esta línea, en donde incardinó el desarrollo de las tesis doctorales desarrolladas.